Días después de que publicara una nota sobre el caso del sacerdote que sigue celebrando misas pese a estar suspendido en sus funciones por haber contraído matrimonio civil, el Arzobispado de Santiago de Compostela ha dado a conocer otro comunicado en el que se desvincula de la revista "Encrucillada" y de su Foro en el que han participado religiosos como sor Teresa Forcades y el teólogo y sacerdote José Antonio Pagola, ambos cuestionados por la Santa Sede por sus doctrinas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia.

En el comunicado de este martes 8 de noviembre, el Arzobispado manifiesta que "La redacción y contenidos de la Revista Encrucillada, como puede verse en el organigrama de la misma, son responsabilidad exclusiva del Director, de su equipo de redacción y de quienes colaboran con sus artículos".

Respecto a la XXVI edición del Foro Encrucillada, celebrado el 5 de noviembre pasado, la nota señala que "tampoco es responsabilidad de los Obispos de la Iglesia en Galicia la organización de los foros que vienen celebrándose en relación con dicha revista", aclarando que, "lógicamente, quienes concurren con sus ponencias o comunicaciones son invitados por quienes organizan el foro".

Finalmente expresa que "la referencia para evaluar los contenidos y opiniones relacionados con el pensamiento cristiano es el Magisterio de la Iglesia y, concretamente, el Catecismo de la Iglesia Católica". 


Esta nota aclaratoria del Arzobispado gallego viene precedida por una anterior en la que exhortó al sacerdote Victorino Pérez Prieto, ordenado sacerdote en 1981, a no oficiar misa alguna por haber contraído matrimonio cicil hace cuatro años.

Según indican algunos medios de comunicación, el presbítero estaría ejerciendo aún funciones sacerdotales.

"Sigue plenamente vigente la comunicación emitida por la vicaría general el 5 de marzo de este año, prohibiendo a Pérez Prieto celebrar la Eucaristía en el territorio de nuestra diócesis al haber incurrido en suspensión latae sentientiae por haber contraído matrimonio civil, siendo él sacerdote", señalaba la nota.

Apunta que el propio arzobispo, Julián Barrio, tras esa comunicación, recibió personalmente a Pérez Prieto "indicándole los cargos que había en su contra, amonestándole para que cesara en su actitud y que, en diálogo con su obispo, solicitara a la Santa Sede la secularización".

Ante la "confusión y oscuridad de las noticias de prensa" sobre su actividad, el Arzobispado indica haber pedido Pérez Prieto, que "de modo inmediato manifieste si ha observado la prohibición impuesta o si la ha incumplido", concluía la nota.