Arropado por unos 10.000 personas que se dieron cita en el madrileño Palacio de Vistalegre el sábado pasado por la tarde, el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, abordó en una tertulia temas como la crisis, el deber del estudiante, la importancia del Santo Rosario, el apostolado y la oración, salpicada de anécdotas personales y constantes referencias al fundador de la Obra, san Josemaría Escrivá de Balaguer.

En un ambiente de alegría, y entre aplausos y vítores de los asistentes, el prelado del Opus Dei abrió el diálogo con una reflexión sobre Santo Rosario como fuente de gracia divina en la que exhortó a su rezo "dialogando con la Virgen y con la Trinidad".

Después de ofrecer ese momento por las intenciones del Papa Benedicto XVI y pedir oraciones y sacrificios por él, Pablo, un padre de familia de Vallecas preguntó al prelado cómo explicar a los demás, en medio de una grave crisis, que la única alegría es sentirse hijo de Dios, Echevarría respondió que “no hay que dar de lo que se tiene, sino de lo que se necesita”. “Hay que rezar todos los días por las familias que pasan una situación de indigencia, para que dejen de pasarlas y las vivan con alegría mientras duren”.

"Saberse hijo de Dios es la mayor riqueza, aunque haya de pasarse por dificultades", comentó el prelado, recordando las situaciones de escasez que tuvo que afrontar san José María en los inicios de la Obra.


Preguntado por Carmen, una barrendera, sobre qué hacer para transmitir a todos la alegría que siente por su vida cristiana, el prelado aconsejó hablar "de Dios con alegría, aunque no nos escuchen. Hablemos con cariño de Jesús, pidámosle ayuda en esta tarea de apostolado y en nuestro trabajo del día a día”.

Ante una pregunta de un estudiante de Ingeniería, monseñor Echevarría dijo que "una hora de estudio sea una hora de oración, de apostolado”. Y continuó: “Recordad, estudiantes, que el mundo está en vuestras manos; merece la pena hacer apostolado” para cambiar el mundo.


Al responder una pregunta de un diácono de la diócesis de Alcalá de Henares sobre la importancia de la Confesión en la vida del sacerdote, el prelado subrayó que “Las tareas fundamentales del sacerdocio son celebrar la Misa, la confesión y la predicación. Todo sacerdote debe darse cuenta de la grandeza de su vocación”.


Uno de los momentos más intensos de la tertulia fue cuando una madre de familia hizo una pregunta relacionada con su hijo Gabriel, que se encuentra actualmente en Rusia, como uno de los impulsores del Opus Dei en Moscú, situación que -dijo la mujer- no era comprendida por su esposo.

Monseñor Javier Echevarría recordaba perfectamente alguna de las cartas que había recibido de este muchacho; y reconocía y admiraba la labor apostólica de éste en aquellas tierras: “Es un ejemplo para todos, pues el Señor nos dijo: id al mundo entero y predicad el Evangelio”.

La tertulia terminó con la bendición del prelado del Opus Dei a todos los presentes en el auditorio.