La Conferencia Episcopal Española (CEE) han manifestado, en un documento de orientaciones morales de cara a las elecciones generales del próximo 20 de noviembre, "ni explícita ni implícitamente" a una organización terrorista como representante político en una sociedad que quiere ser libre y justa.
"Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, dado que el terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión justa y razonable de la vida", reza el texto, aprobado por la Comisión Permanente de la CEE, reunida desde este miércoles en Madrid.
Además, los obispos advierten de que hay que evitar los "riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo".
No obstante, precisan que reconocen la legitimidad moral de los nacionalismos o regionalismos que, "por métodos pacíficos", desean una nueva configuración de la unidad del estado español, aunque remarcan que "es necesario tutelar el bien común de la nación española en su conjunto.
Los obispos señalan que han estas consideraciones desde un horizonte de "fundamentos prepolíticos del derecho, sin entrar en opciones de partido y sin pretender imponer a nadie ningún programa político". "Cada uno deberá sopesar, en conciencia, a quién debe votar para obtener, en conjunto, el mayor bien posible en este momento", subrayan.
En este sentido, en el documento también alertan sobre el "peligro" que suponen "determinadas opciones legislativas" que, a su juicio, "no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, o que incluso llegan a tratar como un derecho lo que en realidad constituye un atentado contra el derecho a la vida".
Asimismo, apuntan como "peligrosos y nocivos para el bien común" ordenamientos legales que no reconocen al matrimonio "en cuanto unión firme de un varón y una mujer ordenada al bien de los esposos y de los hijos" y piden apostar por opciones políticas que protejan el matrimonio y que defiendan que éste no quede a disposición de la voluntad de las partes ni de una sola.
Además, indican que "la grave crisis económica actual" reclama "políticas sociales y económicas responsables y promotoras de la dignidad de las personas, que propicien el trabajo para todos" y han recordado a las familias carentes de los medios necesarios para sus necesidades básicas y al "altísimo porcentaje" de jóvenes que nunca han podido trabajar o que han perdido el trabajo.
Ante esta situación, señalan la "necesidad" de políticas que favorezcan la libre iniciativa social en la producción y "que incentiven el trabajo bien hecho, así como una justa distribución de las rentas, que corrijan los errores y desvíos cometidos en la administración de la hacienda pública y en las finanzas y que atiendan a las necesidades de los más vulnerables, como los ancianos, los enfermos y los inmigrantes".
Por otra parte, indican que el ordenamiento jurídico debe facilitar el ejercicio efectivo del derecho a la educación de niños y jóvenes así como "evitar imposiciones ideológicas del Estado que lesionen el derecho de los padres a elegir la educación filosófica, moral y religiosa que deseen para sus hijos". En cambio, precisan que ha de ser facilitada la "justa iniciativa social" en este campo.
Según indican, la presencia de la enseñanza de la religión y moral católica en la escuela estatal "como asignatura fundamental opcional" es un modo de "asegurar los derechos de la sociedad y de los padres".
Por otro lado, ante los "desafíos" de la comunidad internacional, apuestan por políticas guiadas "por la búsqueda sincera de la paz, basadas en el respeto al derecho, nacional e internacional, así como en la promoción del entendimiento y de la solidaridad entre los pueblos y las culturas".
Estas "orientaciones" se ofrecen, según señalan los obispos "a los católicos y a cuantos deseen escucharlas" para ayudar "al ejercicio responsable del deber de votar". "Es nuestra obligación de pastores de la Iglesia orientar el discernimiento moral para la justa toma de decisiones que afectan a la realización del bien común y al reconocimiento y la tutela de los derechos fundamentales, como es el caso de las elecciones generales", han apuntado los obispos.
Finalmente, en el texto, que hace referencia a diversas intervenciones de Benedicto XVI en sus recientes viajes a Alemania y Madrid, piden que "el Señor" ilumine a los votantes que se acercarán a las urnas el próximo 20 de noviembre, para que lo hagan "de manera verdaderamente libre y responsable.