En el libro que ha escrito Javier Barraycoa Historias ocultadas del nacionalismo catalán (LibrosLibres), y que desde hace pocos días está en las librerías, se recogen unas historias curiosas sobre las raíces religiosas de los inicios del nacionalismo, y su evolución temprana a una cierta mística panteísta promovida por Prat de la Riba.

El primer catalanismo bebió de fuentes católicas y conservadoras. La Tradició catalana de Torras i Bages se transformó en un hito, aunque con el tiempo esa mística se transformó en un inmanentismo político.

El 27 de enero de 1900, el periódico catalanista La Veu de Catalunya, publicaba un artículo titulado "Al día". La lengua catalana en el cielo.  En él se podía leer sobre el catalán que era: “La madre de todas las lenguas y hay quienes dicen que es la única que se hablaba en el mundo antes de la confusión de la Torre de Babel”.


No podría entenderse el origen del catalanismo político sin la emergencia de los “vigatans”, hombres procedentes de la Cataluña profunda arraigados a la tradición y el catolicismo. Ellos veían en el catalanismo la oportunidad de rehacer una cristiandad catalana alejada de los vientos liberales que soplaban desde Madrid. Pero este espíritu inicial que acogió el entusiasmo de muchos católicos, incluso carlistas e integristas, pronto se frustró. Uno de los hombres que, procediendo de la Cataluña profunda, llegó a Barcelona fue Prat de la Riba, el fundador del catalanismo conservador. Pero a diferencia de hombres como Torras y Bages, la religiosidad de Prat de la Riba siempre fue sospechosa.


Prat de la Riba provenía de una familia liberal de los de Sagasta.  Aunque en su casa le habían inculcado una devoción especial a la Moreneta, parecía que era incapaz de asociarla a la Religión católica. Iba a Misa, pero casi nunca se le vio comulgar. Este hombre que inició el catalanismo de manos de otros católicos, poco a poco fue anteponiendo la política a la religión, hasta llegar a proclamar que: “La religión catalanista tiene por Dios la Patria”. Este tipo de afirmaciones causaron las primeras desavenencias entre sus seguidores y su distanciamiento de hombres como Torras y Bages. 

Sin embargo, Prat de la Riba, y el catalanismo en general, debido a la influencia del romanticismo, fueron imbuyendo al catalanismo de la mística católica de la que originalmente se alimentaron. Con motivo de las elecciones de 1931, en un diario catalanista se podía leer: “Hoy, día de Penteconstés, recemos a Dios para que la gracia del espíritu Santo descienda sobre los electores de la Generalitat de Cataluña”


El paroxismo de esta mística la encontramos en el Capuchino Miquel d´Esplugues, cuando en 1916 escribía Nostra Señora de la Merced. Estudi de psicología étnico-religiosa de Catalunya. La obra es una curiosa reivindicación de los valores de la religiosidad catalana, representados en la devoción a la Virgen de la Merced, que la hacen muy superior a la religiosidad del resto de España. Se puede leer: “la primera queja que tenemos contra el catolicismo de la España de la decadencia es que es poco católico, y nosotros, somos más y mejores (católicos), por serlo adecuados a nuestra condición étnica y y nuestra dignidad de pueblo libre”.

Este proyecto de mística patriótica con el tiempo, ha acabado con la religiosidad del pueblo catalán


 FICHA TÉCNICA  COMPRA ONLINE
Título: Historias Ocultadas del Nacionalismo Catalán TiendaLibres
Autor: Javier Barraycoa  El Corte Inglés
Editorial: LibrosLibres  Criteria Club
Páginas: 354páginas  Casa del Libro
Precio 22 euros  FNAC