Con motivo de la Fiesta de la Natividad de la Virgen del Coro, el arzobispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla ha pedido en la homilía de la Eucaristía que ha presidido en la Basílica de Santa María, a los políticos que muestren más apoyo a todas las iniciativas que favorezcan a la estabilidad familiar.

En la homilía, ha señalado que en la actualidad "vivimos en una generación que ha conquistado grandes cotas de progreso; y no me refiero solamente al progreso técnico, sino también a muchas conquistas sociales. Pero al mismo tiempo y, paradójicamente, hay un gran salto entre este progreso técnico-social y la crisis espiritual que padece una buena parte de la población", expresó.
El obispo donostiarra también comentó cómo se encuentra la sociedad actualmente: "tan avanzada en algunos campos, padece sin embargo una orfandad moral y espiritual muy notoria… El materialismo sofocante y la frivolidad generalizada, hacen que estemos más necesitados de ´madre´ y de ´padre´ que nunca… De hecho, las heridas afectivas son más frecuentes entre nosotros, de lo que a primera vista pueda parecer. Cabría afirmar que en nuestros días, ese ser humano que presume falsamente de autosuficiencia está más necesitado que nunca de ser acogido con ´entrañas de misericordia´", señaló.

Munilla también habló sobre un estudio reciente de matrimonios y rupturas: entre 2000 y 2010 en España. "Mientras que en el año 2000, de cada 100 matrimonios contraídos se producían 47 rupturas, diez años más tarde (es decir, en el año 2010), de cada 100 matrimonios contraídos, se producen 75 rupturas. (Es decir, de cada cuatro bodas, hay tres divorcios). Un aumento en diez años, de un 60 % en la proporción entre matrimonios y rupturas", explicó el donostiarra.

El obispo explicó cómo se encuentra su comunidad autónoma: "aun siendo cierto que el País Vasco tiene un índice de rupturas inferior al de otras Comunidades Autónomas en España, sería un absurdo minimizar la tragedia que encierran esas cifras. ¡De cada cuatro bodas hay tres divorcios! No se trata de meras estadísticas, sino que detrás de estos datos fríos se esconden dramas personales, vidas llenas de dolor, y también fracasadas, niños desconcertados, futuros inciertos..."

"La salud del matrimonio y la salud de la familia están especialmente necesitadas de ´misericordia´, es decir, de la sanación de las heridas originadas por tantas rupturas, así como de un esfuerzo paciente en pro de la reagrupación de las familias rotas. ¡No hay mayor acto de misericordia que luchar por la unidad de la familia, y ayudar al reencuentro de las parejas separadas!", añadió Munilla.

"No podemos permanecer con los brazos cruzados mientras nuestros familiares, conocidos y vecinos fracasan en sus proyectos matrimoniales", expresó. 


Por último, Munilla se dirigió a la clase política: "pedimos también a la clase política, más sensibilidad y apoyo hacia las iniciativas que favorezcan la estabilidad de la familia. Es muy triste que se haya llegado a identificar el concepto de ´mediación familiar´, con los esfuerzos en favor de una ruptura pactada, en lugar de entender la mediación familiar como una terapia para superar las dificultades que ponen en peligro la unidad de la familia", añadió.