El móvil de Don Rafael Zornoza no da para más desde que ayer por la mañana se diera a conocer su nombramiento como obispo de Cádiz y Ceuta. «Uno lo recibe con mucha ilusión de ver que uno cumple con lo que Dios te va pidiendo. Toda mi vida he sido feliz y sigo siéndolo», comenta con una sonrisa que no se le borrará en toda la entrevista.

– En Getafe se ha hecho un trabajo grande con los jóvenes, pero a medida que la diócesis ha tomado cuerpo se han desarrollado otras facetas. Tengo la gracia y la fuerza interior de haberme empeñado en trabajar con los emigrantes. Es uno de los grandes retos que tiene también la diócesis de Cádiz y que están asumiendo con gran valentía desde las distintas delegaciones, de Cáritas.

– Creo que el problema de la inmigración está más en la península. Ceuta es otra realidad, con seis o siete parroquias funcionando, los cristianos conviven de forma pacífica con aquellos que profesan otras religiones y no tiene por qué entrañar una dificultad mayor.

– Se esté dispuesto o no, son gajes del oficio y situaciones para las que hay que tener humildad sabiendo que el humor es parte del sentido de una vida bien vivida. El humor es muy cristiano.

–Me da mucha alegría saber que hay una tradición de fe tan larga en Cádiz, una historia de la vida de la Iglesia preciosa con unos obispos santos. Don Antonio, que se jubila ahora, es un hombre bueno, queridísimo por todos, que ha hecho una labor encomiable, lo que pone el listón muy alto. Le pido a Dios estar a la altura del pastor que la Iglesia pide en este momento.

– He estado metido de lleno en la organización pues Getafe ha sido sede de acogida. La JMJ me deja una impronta decidida de nueva evangelización, de entusiasmo de los jóvenes por comunicar la fe, de decisión por ir a los demás.

–Los jóvenes han demostrado durante la JMJ que tienen una mirada inquieta para buscar y no se conforman con la pobreza de respuestas vacías que a veces les da la sociedad. Cuando la Iglesia propone a Jesucristo, la vida en comunidad, salir de uno mismo, el amor cristiano… vamos contra una corriente ambiental, pero a favor de una corriente interior, la del corazón. El chico que se encuentra con esto se topa con lo bueno y ésa es la mejor propaganda. Nosotros no contamos con grandes medios ni márketing, pero sí con la acción de Dios.

– Dentro del discernimiento hay momentos en los que se pueden tener dudas, sobre todo cuando se es muy joven y está por hacerse la personalidad. Benedicto XVI expresa sobre todo la necesidad de tener una conciencia muy clara de las exigencias y de los límites de la persona que se consagra a Dios. No se puede compadrear con los criterios del mundo que a veces se ofrecen como algo más actual, pero que en el fondo diluye la entrega a Dios.