El curso de verano Los jóvenes y la Iglesia católica, que organiza la Fundación Universidad Rey Juan Carlos y durante el cual intervienen expertos en doctrina social de la Iglesia, política, pastoral juvenil y medios de comunicación, ha tenido dos momentos impactantes este lunes con las intervenciones de Jaime Mayor Oreja y del cardenal Antonio Cañizares, co-director del curso junto a José Luis Sánchez, vicerrector de la Universidad Católica de Valencia.
Entre los ponentes del curso figuran: Dolores Valverde, presidenta de la Red Europea del Instituto de Política Familiar; José Luis Restán, director de la programación religiosa de la Cadena COPE; José Mazuelos, obispo de Jerez de la Frontera; José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián; Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización; Manuel Ventero, director del programa Siluetas de RNE; Guzmán Carriquiry, subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos; y Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid.
El eurodiputado del PP ha centrado sus palabras en reivindicar los principios frente al relativismo: "El abandono de la verdad como criterio orientador de nuestras acciones ha conducido a la actual situación de crisis”, explicó al diagnosticar los problemas de la realidad actual. Con tono autocrítico, aseguró que “todos somos responsables de cómo los principios y valores en esta sociedad se han ido resquebrajando: vivir por encima de nuestras posibilidades sin saber diferenciar entre crecer y engordar, emborrachados de comodidad y viviendo como nuevos ricos. Al perder el norte, mirábamos el dinero y nos quedábamos tranquilos aunque no tuviéramos sentido.”
Todo ello ha incidido particularmente en la desmoralización de la juventud, resultado de la tiranía del relativismo. Bajo el disfraz de la exaltación de la libertad, "se han sustituido los valores por contravalores y las responsabilidades por nuevos derechos, planteados desde una manipulación atractiva del lenguaje", sustituyendo, por ejemplo la palabra aborto por "salud reproductiva".
Por eso, según Mayor Oreja, la crisis que padecemos "lo ha sido y lo es de valores, de conciencia y de humanidad.” Frente al relativismo, el dirigente popular considera que los valores que defiende el cristianismo "son el mejor antídoto": "El rearme moral de nuestra sociedad pasa por una regeneración colectiva, cuyo primer paso es asumir un compromiso personal individual que entienda el significado del hombre desde su dignidad".
Por tanto, "el gran debate de hoy no es un debate político entre la izquierda y la derecha, sino entre relativistas y defensores de valores. Hay que recuperar la verdad y actuar desde el valor de la verdad. La distinción entre verdad y mentira es como la del bien y el mal, todo el mundo la conoce", remató al tiempo que señalaba la importancia del combate en el ámbito de la cultura.
Por su parte, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino lamentó las dificultades por las que atraviesa la juventud a consecuencia de la carencia de puestos de trabajo y de un horizonte laboral estable, una situación "terrible" cuyas repercusiones "suponen desesperanza y conflicto social”.
El bien común, continuó el cardenal, "pasa por la ayuda a los más pobres", y esos son ahora los jóvenes, "que no tienen trabajo y viven con una cultura de la decepción que los ignora". Frente a los interrogantes humanos que surgen entonces, "el Evangelio les da el sentido necesario para proclamar de nuevo la esperanza".
En apreciación coincidente con Mayor Oreja, Cañizares destacó que Juan Pablo II y Benedicto XVI, sin echarles nada en cara a los jóvenes ni condenarles, les han propuesto "un programa exigente, al tiempo que apasionante, superando el relativismo que ha quitado la carta de ciudadanía a la virtud y ha dejado al joven mirándose a sí mismo, sin aliento y con desaliento".
Tuvo unas palabras para la ya inminente Jornada Mundial de la Juventud, para la cual "el cardenal Antonio María Rouco y sus colaboradores están preparando un gran proyecto centrado en la escucha de la palabra y la contemplación eucarística”, y que supondrá “un acontecimiento de esperanza”.
Precisamente el presidente de la Conferencia Episcopal Española será el encargado de clausurar el curso, el próximo viernes a las 12.00, con una reflexión sobre las Tareas y caminos abiertos de evangelización de los jóvenes después de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid.