Un mes después de que el sacerdote catalán Custodio Ballester se entrevistara en Roma con el secretario de la Congregación de Obispos, monseñor Monteiro de Castro, para entregarle una carta y la documentación que da cuenta de que en diversos hospitales en los que participa la Iglesia en Cataluña se realizan prácticas abortivas, el Vaticano ha mostrado su preocupación y ha pedido que se busquen soluciones concretas.

Los centros sanitarios en los que la Iglesia tiene participación y en los que se practican abortos y se distribuyen en el servicio de urgencias píldoras abortivas son los Hospitales de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, el Hospital General de Granollers en Terrassa, el Hospital Comarcal de Sant Celoni (Terrassa) y el Hospital Materno-infantil de San Juan de Dios en la diócesis de Sant Feliu.

Ballester explicó semanas atrás a Religión en Libertad que en dicha congregación vaticana ya tenían conocimiento de la situación y que ya se les había conminado a los responsables eclesiásticos, «a abandonar los centros abortistas». Según el sacerdote el funcionario vaticano le había comunicado que «ya les hemos dicho que se vayan».

La carta de Ballester ha tenido respuesta por parte del Vaticano. Se trata de una carta fechada el 6 de junio de 2011 y firmada por el subsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, monseñor Jean Marie Mupendawatu quien le confirma que el asunto abordado tratado en el informe «preocupa a la Iglesia Universal».

Mupendawatu reconoce que el dicasterio vaticano «es consciente del desafío que representa para los hospitales católicos, pues están llamados a tutelar y defender la vida humana en medio de una cultura de muerte» y admite que la institución que representa «en ocasiones ha sido informada sobre esta situación en Cataluña» y que «hemos tenido la oportunidad de hablar con los responsables exhortándoles a averiguar detalladamente lo que ocurre, a fin de que se pueda, lo más pronto posible, buscar soluciones concretas a eventuales problemas individualizados».

En su misiva, el subsecretariuo alienta al sacerdote a «dialogar sobre el tema a nivel de la Iglesia local, con los obispos diocesanos interesados y, eventualmente, con los Superiores de las Instituciones citadas en la documentación enviada».

De otro lado, según informa el diario ABC, el Arzobispado de Barcelona, que participa junto a la Generalitat y el Ayuntamiento en el patronato de uno de los hospitales (el de Sant Pau), admitió por intermedio de portavoces de la delegación de medios de comunicación que se ha «dado órdenes al hospital para que no se practiquen abortos» y que en «ningún momento» han pedido que el hospital aparezca en el listado de centros del Ministerio donde se practican abortos.