Cada Jueves Santo la Legión desembarca en Málaga para trasladar al Santísimo Cristo de la Buena Muerte desde su templo hasta la Casa Hermandad. El desfile de la unidad legionaria por las calles de la ciudad, llevando la talla a pulso en varios tramos, en una estampa espectacular y de gran desgaste físico para los soldados, no sólo forma parte indisoluble de la Semana Santa malacitana, sino que es un momento definitorio de la profunda imbricación entre las instituciones de España y su religión católica secular.

El nuevo Reglamento de Carme Chacón dificultando, cuando no prohibiendo, la participación de los militares en actos religiosos tradicionales, no ha podido sin embargo con éste. La participación de los caballeros legionarios en él es voluntaria, y nunca faltan voluntarios para eso.

Y así sucederá en Madrid durante la próxima Jornada Mundial de la Juventud. El viernes 19 de agosto una unidad de la Legión llevará el Cristo de Mena ante el Papa, como parte de un Via Crucis del que formarán parte quince pasos representativos de la Semana Santa española.

Será una oportunidad única para los peregrinos españoles que no hayan asistido a ese impresionante momento en Málaga, y un testimonio ante cientos de miles de jóvenes extranjeros para comprender mejor la historia de nuestro país.

El Cristo de la Buena Muerte se convirtió en el protector de la Legión en 1921, poco después de su fundación por el teniente coronel José Millán-Astray, y forma parte irreemplazable de la mística y la iconografía del Tercio.