Hace más de 400 años, en 1606, la pila donde recibió la fe del bautismo el gran santo español Santo Domingo de Guzmán salía del que había sido su hogar, el convento de las madres dominicas de Caleruega (Burgos), para no regresar más, al menos de momento.
Desde entonces, esta valiosa pieza devocional, de las pocas cosas que se conservan ligadas a la vida del santo burgalés, ha permanecido en el Monasterio de dominicas de Santo Domingo el Real de Madrid, que, tristemente, ahora acaba de cerrar por falta de vocaciones.
Una vez que las dominicas en Madrid ya solo tienen presencia en Alcobendas y Alcalá de Henares, la pila donde se bautizan los herederos al reino de España tiene un nuevo destino. El pasado sábado 10 de febrero se inauguraba en la Basílica de Ntra. Sra. de Atocha de Madrid la nueva capilla que acoge la pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán.
Como explica la página de la orden, ha sido la propia comunidad que ahora cierra "la que ha querido que la pila quede en Madrid, dejándola en depósito a los frailes dominicos de la Provincia de Hispania, para que la custodien en el convento de Atocha".
El Monasterio que la custodiaba hasta ahora fue fundado por Santo Domingo de Guzmán tras su visita a Madrid en 1218. "Las hermanas dominicas han estado en esta ciudad durante más de 800 años, y lamentablemente, a causa de la falta de vocaciones, se trasladan al Monasterio de dominicas de Segovia para poder seguir viviendo su vida dominicana", dice la orden.
La fe de Domingo en Caleruega
Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega (Burgos) en 1170, siendo bautizado en esta pila, en la parroquia de San Sebastián de esa preciosa villa de la provincia de Burgos. Tras su canonización, el rey Alfonso X la traslada al Monasterio de dominicas recién fundado en Caleruega, y desde entonces es venerada como reliquia.
En 1605 el rey Felipe III ordena llevar la pila al convento de San Pablo de Valladolid para bautizar allí a su hijo Felipe IV. Siguiendo a la corte, la pila llegaría a Madrid, siendo custodiada desde entonces en el Monasterio de Santo Domingo el Real (situado actualmente en la Calle Claudio Coello, pero originalmente estaba en la plaza de Santo Domingo).
Desde entonces todos los herederos de los Reyes de España han cumplido con el rito de ser bautizados en esta pila (excepto los que nacieron fuera de España, como Felipe V, Amadeo de Saboya y el rey Juan Carlos I). Los últimos en ser bautizados en ella han sido la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Para estas ocasiones la pila es trasladada a Palacio donde tiene lugar el bautizo, para ser posteriormente presentados los herederos a la Virgen de Atocha. La pila es de piedra caliza, del siglo XII, cubierta con una funda plateada con los escudos de la Orden de Predicadores y de la Casa Real.
"En esta capilla, la pila seguirá en una casa dominicana, continuará vinculada a la ciudad de Madrid donde lleva más de 400 años, y estará a disposición de la Familia Real como lo ha estado todo este tiempo. La capilla será, además, un homenaje a los más de 800 años de historia del Monasterio de Santo Domingo el Real y a las hermanas que vivieron en él su vocación dominicana", dicen desde la orden.