En marzo de 2020, en plenos confinamientos gubernamentales, Patricia Domínguez Churruca recibió un whatsapp donde se pedía ayuda desde la parroquia de San Jenaro, en el barrio madrileño de Ciudad Lineal: una madre de 17 años con un hijo de seis meses, sin recursos y encerrada en su domicilio, necesitaba ayuda urgente para su bebé.
Patricia, titular junto a sus hermanos de un estudio de arquitectura, disponía de un salvoconducto para poder circular por la ciudad visitando las diversas obras en construcción, así que aprovechó esa libertad de movimientos para conseguir pañales y leche y llevárselos a la joven.
Sin haberlo previsto, acababa de poner el primer ladrillo de Proyecto Infans, una iniciativa que desde entonces no ha parado de crecer: "Fuimos conscientes de que existía una necesidad y nos enfocamos en ayudar a bebés y niños menores de 6 años con productos básicos de alimentación e higiene, como leche y cereales, pañales y cremas", explica a ReL. Empezaron a responder a las peticiones de otras familias de esa parroquia (pronto fueron 30) y luego "se corrió la voz" y les llegaban de parroquias distintas, con lo cual empezaron a organizarse.
Y las necesidades no concluyeron cuando desaparecieron las restricciones, sino que se han disparado con el deterioro de la situación económica: "Desde todas las parroquias nos llega un comentario recurrente, y es el progresivo incremento de las peticiones de ayuda. Las parroquias no dan abasto". Pone un ejemplo: en la de Nuestra Señora del Rosario, en el barrio del Batán, en dos años han pasado de ayudar a 70 familias a ayudar a casi 120.
Actualmente, Proyecto Infans trabaja con 27 parroquias, también de fuera de la capital, como la de San Sebastián en Getafe o las 13 parroquias que coordina el archiprestazgo de Leganés. Ya han recibido solicitudes para empezar en Barcelona, Valencia o Salamanca. Pero van poco a poco, porque son un equipo pequeño, básicamente familiar. Y, eso sí, un grupo de voluntarios cada vez más nutrido. Hay que coordinar con las parroquias, comprar los productos, preparar las entregas y hacer las recogidas de material que les ofrecen. No paran.
Proyecto Infans ha nacido como una entusiasta iniciativa familiar y crece tan rápido como las necesidades de las parroquias y la generosidad de los donantes. En la foto, segunda por la izquierda, Patricia Domínguez Churruca, flanqueada a su derecha por su hermano José y a su izquierda su hermano Pedro, su prima Begoña y su hermana María. Faltan en la foto otros dos hermanos partícipes del proyecto, Manuel y Juan. Foto: cortesía de Proyecto Infans.
Proyecto Infans actúa a través de las parroquias porque es la forma de discernir quién necesita qué, pues su atención es personalizada: "Queremos saber qué necesitan en concreto: cuántos pañales de cuáles tallas para niños de qué edad, leche de qué tipo o incluso cunas o chupetes. De esta forma somos muy efectivos y optimizamos los recursos".
Procuran estar presentes en los días de reparto ("al menos en algunas parroquias, a todas no llegamos") para conocer de primera mano las necesidades de cada familia concreta y porque "para las familias es importante saber que hay alguien detrás que se preocupa por ellos". De hecho, los requerimientos son muy variados e imprevistos. Como una madre cuya inquietud era una vacuna para el niño que no está incluida en el calendario que sufraga la sanidad pública. No podía pagarla y la precisaba para trabajar, pues se la exigían en la guardería donde iba a dejar a su hijo en las horas laborables. Su adquisición permitió romper ese círculo vicioso.
"Llegamos a unos 350 bebés todos los meses y a alguno más de forma puntual", comenta Patricia. También colaboran con asociaciones provida que acogen a madres en dificultades.
Proyecto Infans invierte "el cien por cien de las donaciones que recibe en compra de productos" explica Patricia. Foto: cortesía de Proyecto Infans.
Proyecto Infans tiene asimismo un objetivo espiritual: "Nuestro lema es La alegría de ayudar, porque queremos transmitir a la sociedad que se es más feliz y se tiene una vida más completa ayudando a los demás".
Por eso, la colaboración que piden es doble. Por un lado, económica (pincha aquí), lo que llaman "el nido", pues en las maternidades es el lugar donde los bebés están mejor atendidos. Por otro lado, de difusión, lo que llaman "ser altavoz": dar a conocer Proyecto Infans no solo para beneficiar a esos niños y sus familias, sino para vivir la propia satisfacción de hacerlo.
Pincha aquí para conocer más detalles sobre Proyecto Infans y cómo ayudarles.