En la última declaración de la Renta, de 2010, correspondiente al IRPF de 2009 el número de declaraciones con asignación a favor de la Iglesia Católica se ha incrementado en 65.983. El número total de declaraciones a favor de la Iglesia se ha elevado a 7.260.138 millones. En tan solo tres años, se ha producido un aumento de casi 800.00 declaraciones (exactamente 777.983). Si tenemos en cuenta que un buen número de ellas son conjuntas, podemos estimar que en la pasada primavera más de 9 millones de contribuyentes asignaron a favor de la Iglesia Católica.
El porcentaje sube casi medio punto y asciende a un 34,75%, aunque la recaudación ha sido de 249.456.822 euros (3.225.724 euros menos que el año anterior). Es un dato muy positivo si se tiene en cuenta que, en el contexto general de crisis económica, las previsiones que se tenían en relación con la recaudación del IRPF y su impacto en la cuota íntegra del impuesto, que se utiliza como base para la asignación, eran pesimistas.
Para una correcta interpretación del significado de estos datos es necesario recordar que, desde el 1º de enero de 2007, el incremento del coeficiente al 0,7% fue acompañado de la eliminación de la exención del IVA, lo que significaba hasta esa fecha para las instituciones de la Iglesia un ahorro aproximado de 30 millones de euros, cifra que ahora debe ser compensada. Por otro lado, hay que valorar también el hecho de que, con el nuevo sistema, el Estado no garantiza ya ningún mínimo para el sostenimiento básico de la Iglesia. Ha dejado de existir el llamado “complemento presupuestario”, de modo que la Iglesia sólo recibe lo que resulta de la asignación voluntaria de los contribuyentes.
La Conferencia Episcopal Española (CEE) considera que los resultados de este ejercicio permitirán mantener el sostenimiento de las actividades básicas de la Iglesia en niveles de eficiencia y austeridad semejantes a los que han venido siendo habituales hasta ahora. La decisión personal de los contribuyentes a la hora de marcar la casilla correspondiente en su declaración de la renta seguirá siendo fundamental. Pueden hacerlo o bien sólo para la Iglesia Católica o bien conjuntamente para la Iglesia Católica y para los llamados “otros fines sociales”. Ninguna de las dos opciones significa que el contribuyente vaya a tener que pagar más ni que le vayan a devolver menos.
El nuevo e importante aumento en el número de personas que han decidido asignar a favor de la Iglesia, en una coyuntura compleja, muestra que la percepción real que la sociedad tiene de la Iglesia es positiva. La Conferencia Episcopal agradece a todos el gesto de asignar, especialmente a quienes lo han hecho por primera vez, y recuerda que las otras formas de colaboración al sostenimiento de la Iglesia, como son las colectas, las suscripciones, etc., continuarán siendo absolutamente indispensables.
Los resultados de las campañas de comunicación que se han venido realizando en los últimos años han sido esperanzadores. La Conferencia Episcopal tiene la intención de seguir trabajando en esta línea para informar acerca de la labor de la Iglesia y animar a que sigan siendo cada vez más quienes marquen la X en su Declaración a favor de la Iglesia. Marcar la casilla no cuesta nada y, sin embargo, rinde mucho.
La labor religiosa y espiritual de la Iglesia, ya de por sí de gran significado social, lleva además consigo otras funciones sociales. La enseñanza; la atención multiforme a los niños, los ancianos, los discapacitados; la acogida de los inmigrantes; el socorro personal e inmediato a quienes la crisis económica ha puesto en dificultades; los misioneros en los lugares más pobres de la tierra. Todo ello surge de las vidas entregadas y de la generosidad suscitada en quienes han encontrado su esperanza en la misión de la Iglesia. Con poco dinero, la Iglesia sigue haciendo mucho por tantos que todavía necesitan tanto.
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