La reunión del pasado lunes de los ministros de Exteriores de los Veintisiete estuvo monopolizada por las protestas populares contra los dirigentes autócratas árabes, sobre todo en Egipto. Sin embargo, otro hecho también relacionado con el país del Nilo voló bajo radar: los ataques contra los cristianos.
En el encuentro de los cancilleres europeos, los socios deberían haber aprobado un texto en el que se condenara los ataques contra todos los creyentes religiosos. Sin embargo, las diferencias entre los Estados miembros sobre la conveniencia de incluir una referencia concreta a los ataques sufridos por los cristianos mandaron el texto al desván. A favor de incluir esta referencia se situaron países como Italia y Francia. Y en contra se posicionó España, además de Irlanda, Portugal, Chipre y Luxemburgo, según informaron fuentes italianas.
El ataque que sufrieron los coptos, la comunidad cristiana en Egipto, en una iglesia de Alejandría el pasado diciembre, y en el que murieron 21 personas, fue la gota que colmó el vaso para algunos Estados y diputados del Parlamento Europeo que, el pasado mes, aprobó una resolución en la que condena estos atentados, el exilio forzado de los cristianos en países como Irak y solicita a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que cree un sistema de vigilancia dentro del nuevo Servicio de Acción Exterior para vigilar las restricciones de las autoridades a la práctica religiosa.
El frente común de las instituciones europeas se debería haber apuntalado con el texto de los ministros del pasado lunes. No obstante, estos cinco países, además de los nórdicos y Gran Bretaña según comentaron otras fuentes a AFP, defendieron no incluir ninguna referencia a ninguna religión concreta para no alimentar un «choque de civilizaciones» o un enfrentamiento interreligioso. Se propuso una declaración conjunta en la que se condenaban los «actos de terrorismo contra los lugares de culto». Sin embargo, el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, lideró el frente opositor al considerar el texto demasiado «secular».
Su compañero de partido, el eurodiputado Mario Mauro, ya afeó a la Alta Representante durante el debate en la Eurocámara el pasado mes, al subrayar que durante toda su intervención, entre las llamadas al diálogo y la tolerancia religiosa, Ashton no había mencionado ni una vez los ataques a los cristianos, como “si tuviéramos miedo de llamar a las cosas por su nombre”.