El obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, ha dicho este mediodía a los jóvenes reunidos en la Catedral en el Acto por la Paz que es necesario “abrir nuestros ojos y nuestras ventanas” a la falta de libertad religiosa, “problema ocultado y silenciado” y ha enunciado las tres circunstancias que la han puesto en peligro y las cuatro actitudes para responder a esta situación.
“Nuestro objetivo este año es abrir nuestros ojos y nuestras ventanas a esta realidad, de la falta de libertad religiosa, problema ocultado y silenciado; pero que ha comenzado a conocerse tímidamente por hechos clamorosos que han tenido lugar en los últimos meses”, señala el prelado según una nota informativa de la diócesis donostiarra.
Para Munilla “hay tres circunstancias que han puesto en peligro la libertad religiosa en nuestros días: el resurgimiento de los fundamentalismos islámico e hindú, el error y fracaso de la guerra de Irak, y el olvido de las raíces cristianas en Occidente”.
Frente a esta situación el prelado se pregunta “¿Cuáles deben de ser nuestras actitudes?”, para responder: en primer lugar “Apoyo y solidaridad… por ejemplo, el que se ha hecho a través de la red de Internet con la condenada a muerte Asia Bibi, en Pakistan”
En segundo lugar, Munilla pide “no responder con la misma moneda, no entrar en la dinámica del fundamentalismo. No meter a todos en el mismo saco. Incluso, estar dispuestos a poner la otra mejilla (el hecho de que en algunos países musulmanes no se respete la libertad religiosa, no justifica que nosotros hagamos lo mismo)”.
La tercera actitud debe ser, prosigue, “acoger el testimonio heroico de los cristianos perseguidos en aquellos lugares. Muchos de ellos han muerto en atentados mientras estaban asistiendo a la eucaristía… Acuden a la Eucaristía y llevan adelante su práctica religiosa, a pesar de que eso supongo un riesgo para sus vidas”.
Y, por último, a pesar de que “entre nosotros no existen ese tipo de persecuciones”, “abrir los ojos de forma crítica ante el acaso al que el laicismo somete al cristianismo en Occidente”.
El obispo pide finalmente a los jóvenes hacer “autocrítica” ante este problema con un breve examen de conciencia:
“¿Me avergüenzo de mi condición cristiana cuando estoy en ambientes agnósticos? “¿Juego al camaleón dependiendo de con quién estoy? ¿Digo blasfemias contradiciendo totalmente mi fe cristiana? ¿Defiendo a los sacerdotes, religiosas, o al Papa, cuando son maltratados y ridiculizados? ¿Defiendo a los miembros de otras religiones que viven entre nosotros, cuando son atacados nos gente xenófoba?".
“¿Me avergüenzo de mi condición cristiana cuando estoy en ambientes agnósticos? “¿Juego al camaleón dependiendo de con quién estoy? ¿Digo blasfemias contradiciendo totalmente mi fe cristiana? ¿Defiendo a los sacerdotes, religiosas, o al Papa, cuando son maltratados y ridiculizados? ¿Defiendo a los miembros de otras religiones que viven entre nosotros, cuando son atacados nos gente xenófoba?".