El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, era consciente de que el nombramiento de Santiago Gómez Sierra, actual deán de la catedral de Córdoba (donde fue su colaborador durante los años de monseñor Asenjo en esa diócesis), iba a relacionarse sobre todo con su experiencia como presidente de CajaSur, la entidad financiera andaluza intervenida por el Banco de España en mayo de este año y sometida ahora a su inspección.
Así que no ha esperado a que empiece de nuevo a darse vueltas al asunto (contemplado desde la izquierda con prisma muy distinto al empleado con la mucho más costosa intervención de la poco transparente Caja Castilla-La Mancha) para respaldar la actuación de Gómez Sierra
En la rueda de prensa en la que informó de la designación de su nuevo obispo auxiliar, monseñor Asenjo recordó las razones que llevaron a Gómez Sierra a oponerse a una fusión con Unicaja, como deseaba la Junta de Andalucía para aprovechar la delicada situación de la entidad y disponer de un gran banco bajo las directrices del presidente José Antonio Griñán.
El entonces presidente de CajaSur trabajó «con gran rectitud de intención e inteligencia teniendo en cuenta no sólo los intereses de la Iglesia, sino ante todo los intereses de los trabajadores de la ciudad y de la provincia en la que estaba implantada», afirmó el arzobispo de Sevilla.
En esa labor demostró ser «un luchador incansable que puso su inteligencia y su trabajo al servicio de CajaSur» en un momento muy comprometido: «No pudo controlar muchas variables que se presentaron entonces», dijo monseñor Asenjo para explicar el proceso que desembocó en la intervención.
Y aseguró también que cuando fue nombrado para ese cargo se desprendió de su colaborador «con mucho sentimiento y buscando lo mejor para CajaSur», en un momento en el que no se preveía la profunda crisis económica que cuestionaría la estabilidad y solvencia de todo el sistema financiero español, y en particular de las cajas de ahorros.
Por su parte, Gómez Sierra ha explicado que los expedientes abiertos al consejo de administración no le preocupan porque no envuelven ninguna acusación de delito y porque hay que opinar «con justicia» sobre lo sucedido, a la luz de la compleja situación financiera de nuestro país que le tocó afrontar desde la presidencia.
En cuanto al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, también ha tenido unas palabras para el nuevo prelado: «Felicito muy especialmente al propio don Santiago. El Señor te ha elegido, nosotros te acogemos. Quizá en ningún otro paso de tu vida como en éste aparezca que la elección es de Dios y no es proyecto humano. Asúmelo con fe y con plena disponibilidad, como lo has hecho a lo largo de tu vida de cura. El Señor que ha comenzado en ti la obra buena, quiere llevarla a término consagrándote por la unción del Espíritu Santo como obispo. Enhorabuena en nombre de toda la diócesis de Córdoba, que se desprende de uno de sus mejores hijos y lo hace generosamente para bien de la Iglesia universal».