Eliminar los uniformes en los colegios, la creación de vestuarios mixtos, no enseñar los catálogos de juguetes a los niños o reinventar los cuentos tradicionales fueron algunas de las propuestas presentadas en las jornadas organizadas a finales de noviembre por CC OO, la FELGTB (Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales) y la Universidad Complutense de Madrid.

Bajo el título Cómo educar en la diversidad afectivo-sexual en los centros educativos, 40 profesores de toda España escucharon las propuestas de intervención educativas de CC OO para acabar con la discriminación del colectivo homosexual, transexual y bisexual en las aulas.

Gracias al patrocinio del Ministerio de Sanidad, los profesores acudieron con los gastos pagados, transporte, alojamiento y dietas incluidas, durante los dos días en los que el sindicato presentaba sus ideas.

Uno de los profesores que asistió al evento y que prefiere mantener el anonimato explicó algunas de las recomendaciones presentadas para “prevenir los conflictos derivados de situaciones de discriminación y exclusión social en los colegios por razón de orientación sexual y/o identidad de género”.

La primera ponencia fue impartida por José Ignacio Pichardo Galán, doctor en Antropología Social por la Universidad Autónoma de Madrid.

Galán explicaba que “no se debe presuponer la heterosexualidad de los alumnos, ni siquiera preguntar a una embarazada si va a ser niño o niña”.

Continuaba su ponencia el antropólogo aclarando que “a los objetores a Educación para la Ciudadanía no hay que hacerles caso, apenas son 3.000”. Para Galán, es imprescindible “cambiar los referentes para no discriminar a las minorías LGTB. Los referentes no pueden ser sólo masculinos y femeninos”. Pichardo llamó a “no olvidar las cifras de suicidio de adolescentes LGTB”.

A continuación tuvo lugar la “mesa trans”, impartida por docentes transexuales y coordinada por Luis Puche Cabezas (Universidad Autónoma de Madrid).

En ella se insistió mucho en que los profesores “deben ser referente para los alumnos, visibilizando su propia orientación sexual”.

Apostaron también por eliminar el lenguaje sexista y por darles libertad a los niños a la hora de jugar, aunque reiteraron que los niños debían jugar también con muñecas. Luis Puche aclaró que “la sexualidad no pertenece al ámbito de la familia, sino a la escuela y a la sociedad” y que había que actuar para evitar la discriminación.

En concreto, citó alguna de sus propuestas: “Los vestuarios deben ser mixtos para que los homosexuales no se vean obligados a elegir”.

Deben eliminarse los uniformes para no discriminar a los alumnos LGTB; los roles sociales hombre y mujer son malísimos. Las políticas de igualdad no incluyen a los LGBT”, exponía Pablo Vargas, otro de los ponentes de la mesa.

A continuación, Eva Robledo García, maestra de infancia, explicaba que “es el cuerpo el que debe aprender, no el intelecto”. También habló del carácter sexista de “los catálogos de juguetes” y propuso “un aula sin programación”. “Hay que dejar libertad”, añadió.

Ekio Macías, jefe de estudios del Instituto Juan de la Cierva, miembro de Cogam y de CC OO, explicó a los profesores que “las leyes españolas afirman que debe hablarse de sexualidad en las clases”. “Por eso debe hacerse en todas las clases y en las tutorías”, dijo.

El segundo día de jornadas se expusieron propuestas más concretas de actuación Inició la mañana Mercedes Sánchez, profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCM:

“Hay que hablar de educación afectivo-sexual desde infantil”, exponía; “el 16% de las personas tiene problemas de identidad sexual. Hay que hablar de diversidad de familias”.

Proponía también reescribir los cuentos porque son “sexistas”: “La bruja siempre es mujer y el papel de la mujer es ser elegida”.

Pero, sin duda, lo más importante residía en “trabajar para que en los proyectos de centro educativo se especifique “trabajar la diversidad afectivo-sexual”. “Esta afirmación es la clave para permitir hablar de diversidad afectivo-sexual en todas las asignaturas”, concluían.

La agrupación de padres madrileños de la plataforma Madrid Educa en Libertad ha expresado su indignación ante estas propuestas a través de su portavoz, María Menéndez:

“Este curso ha tenido un único objetivo, que es el de enseñar a introducir –a profesores actuales y futuros– la ideología de género en las escuelas”.

Por su parte, Jaime Urcelay, de Profesionales por la Ética, ha mostrado su preocupación:

“La llamada perspectiva de género es una verdadera ideología con pretensiones totalitarias que se está imponiendo a golpe de subvenciones públicas y apoyos desde el poder político y sus correas de transmisión”.