Javier Espinosa era, hasta este verano, el Presidente de la Federación de Banco de Alimentos de España, una organización de voluntariado que recoge alimentos y los distribuye entre las personas que más los necesitan, con la particularidad de que la actividad se desarrolla para atender a los necesitados del propio país (España en este caso). Ahora es vicepresidente del Banco de Alimentos de Madrid. 

"Queremos evitar al máximo el despilfarro que en el sector de la alimentación se está produciendo. Nuestro lema es la lucha contra el hambre y el despilfarro", explica Espinosa.
 
- Pero, ¿realmente en el año 2010 hay hambre en España?
- Sí hay hambre. Hay que tener en cuenta que en España el 18% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, y más con la crisis.
 
- ¿A cuántas personas pueden llegar ustedes a atender en un año?
- Alrededor de un millón de personas en España y sin poder llegar a todas las personas que nos reclaman porque es imposible atender a todo el mundo. Ahora mismo hay 52 bancos de alimentos repartidos por todo el país, en cada provincia.
 
- ¿Cómo se puede colaborar con los bancos?
 - De muchas maneras, hay muchísimo trabajo que hacer: recibir los alimentos, almacenarlos, distribuirlos, visitar a las entidades que nosotros servimos. Estos alimentos no se reparten directamente a la persona necesitada sino que siempre se hace a través de instituciones como las ONG, comedores solidarios, casa de acogida, es decir, siempre tiene que ser a través de entidades legalmente constituidas y que estén dedicadas justamente a esto. La mayoría de los voluntarios que tenemos son personas mayores. Haciendo este tipo de cosas uno se acerca más a la realidad que vivimos y que la mayoría no nos damos cuenta. Las personas, independientemente de lo que tengan, son personas y hay que ayudarlas. Es algo muy reconfortante. Para los voluntarios que trabajan en el banco en una satisfacción día a día.
 
- Y ser católico, ¿qué aporta a esto?
- A medida que vas creciendo vas viviendo una vida en la que piensas que tienes que encontrarte con Dios en esa reflexión personal que hacemos cada día. Mi fe ha sido una evolución. He sido siempre muy sensible con las desigualdades sociales y esto es lo que me ha marcado el tratar de ayudar siempre a los más necesitados.
 
- ¿Cómo ve la fe en nuestra sociedad?
 - Se vive la fe con mucha timidez y con mucho reparo y creo que también existe una falta de conocimiento y de formación real, integral y religiosa de la persona y sometido a las presiones sociales a las que estas sometidos pues a las personas les cuesta expresar su fe. A lo largo de la historia, la Iglesia siempre ha pasado por momentos complicados y con esperanza se puede llegar a solucionar. Sin Dios es muy difícil dar sentido a la vida.

Más información: www.bancodealimentos.es