Por tercer domingo consecutivo se celebró la misa fuera de la abadía del Valle de los Caídos donde cientos de personas acudieron al oficio que se celebró en la explanada.
Este domingo, cientos de personas volvieron a acudir a misa en el Valle de los Caídos como respuesta al cierre gubernamental de los oficios religiosos. La misa en la explanada del recinto comenzó pasadas las 11:30, media hora más tarde de lo previsto, ya que se formó un atasco de más de 10 kilómetros en la carretera de acceso a la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos debido a la cantidad de vehículos y a los registros que llevaba a cabo la Guardia Civil, por lo que los monjes benedictinos que la administran decidieron retrasar el oficio.
Finalmente, asistieron a misa cientos de personas con normalidad, hasta que cuando el acto religioso estaba a punto de concluir tres personas desplegaron en una de las barandillas de las arcadas del monumento una pancarta con la leyenda "PSOE profana tumbas", que un minuto después fue retirada por agentes de seguridad.
Una decena de personas les han jaleado con gritos de "Viva España" y "Viva Cristo Rey" y "Viva José Antonio Primo de Rivera", mientras que el resto de los asistentes pedía silencio para continuar con la misa. El monje que oficiaba la misa recordó que se estaba celebrando un acto religioso, por lo que se debía guardar silencio y "no sacar las cosas de quicio".
Al concluir el acto, la tercera misa que se celebra en la calle frente a las puertas de la Abadía, el monje benedictino que estaba oficiándola ha asegurado que las personas que han desplegado la pancarta "no venían a misa, sino a hacer una reivindicación ajena, procedente de un colectivo que no estaba integrado en la ceremonia". "Es desfigurar la realidad de la Santa Misa, que es el mayor acto sagrado para un fiel católico", ha declarado a Efe.
Luz Trujillo, presidenta de la Asociación para la Defensa del Valle, considera que el incidente "es un hecho aislado" y ha mostrado su discrepancia porque "no hay que politizar este lugar sagrado". Respecto al cierre de la basílica, opina que "se está contraviniendo la Ley de Memoria Histórica, que deja claro que esto es un lugar de culto y un cementerio".
"Llevamos viniendo todos los domingos durante muchos meses y nunca se había producido nada e intentaremos que no vuelva a suceder", ha indicado.
Tras el cierre gubernamental y la gran respuesta ciudadana, se llegó a un acuerdo entre Patrimonio Nacional, la Delegación del Gobierno en Madrid y la comunidad benedictina sobre el acceso al recinto por el que se permite que los monjes oficien la misa de 11:00 horas del domingo en la explanada porticada y, si hace mal tiempo, en el zaguán de la Abadía.