Cáritas Española advierte de que, a día de hoy, "todavía existen muchas realidades en el que el acceso al agua limpia se ve gravemente vulnerado". Solo en España, cerca de 3.900 personas no pueden realizar el sencillo gesto de abrir un grifo de agua potable.
Se trata de infraviviendas y asentamientos informales (rurales y urbanos) ubicados en Madrid, Almería, Huelva y Tenerife. Cáritas ha denunciado estos casos ante el Defensor del Pueblo tanto a nivel nacional como autonómico.
Trabajando desde 2018
Para visibilizar esta grave situación, una delegación de Cáritas Española aprovechará su participación junto a la REPAM (Red Eclesial Pan Amazónica) en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023 para dar a conocer algunas propuestas que permitan poner fin a este grave problema.
El encuentro, que tendrá lugar en Nueva York desde el miércoles 22 de marzo -Día Mundial del Agua- hasta el 24 de marzo, servirá también para exponer la vulneración del derecho en el acceso al agua que sufren actualmente las comunidades amazónicas.
Desde 2018, Cáritas Española viene trabajando con algunas Relatorías Especiales de Naciones Unidas la falta de acceso a agua limpia en algunos asentamientos y poblados en España. Por su parte, Manos Unidas ha alertado de que 2000 millones en el mundo no tienen agua y 1000 niños mueren al día a causa de las diarreas.
María es una de las personas que no tiene acceso al agua potable: "Vivir sin agua, es no vivir la vida". Lleva más de tres años en una situación muy complicada. Su casa es una chabola en un barranco en Granadilla de Abona (Tenerife) sin acceso a agua limpia.
Mariluz reside junto a su marido y sus dos hijos en Las Sabinas (Móstoles), el segundo asentimiento ilegal más grande de la Comunidad de Madrid. "Nunca te acostumbras a vivir sin agua. Todos queremos volver del parque con los niños y darle al grifo para ducharnos, pero eso yo no lo tengo", asegura.
Aquí puedes ver un vídeo de la labor que realiza Cáritas en España.
Algunas de las familias que residen en este poblado, ubicado en la ribera del río Guadarrama, cuentan con un pozo que les abastece de agua no potable. "Es agua filtrada del río, porque cuando llueve sale con tierra. No sirve ni para lavarse los dientes", se lamenta. Además, no siempre está disponible.