Así lo comunicó ayer el obispado catalán tras una reunión en la sede de la Conferencia Episcopal en la que estuvieron presentes el Nuncio del Papa en España, Renzo Fratini; el obispo de Barbastro, Alfonso Milián; y el de Lérida, Joan Piris.
En su comunicado, el obispado de Lérida «insiste invariablemente» en «nuestra voluntad de acatar y obedecer la resolución última eclesiástica». Piris también pide a la Generalitat «devolver (el arte) a sus legítimos propietarios si lo reclaman; es decir, a la Diócesis de Barbastro». El abogado del obispado incluso pide a los jueces «auxilio» para establecer la forma de entregar las piezas.
Pero desde la Generalitat, la conselleria de Cultura, no piensa respetar la decisión a las autoridades religiosas. El departamento que dirige Joan Manuel Tresserras aseguró que las obras, en la actualidad expuestas en el Museu de Lérida, «están amparadas por la ley catalana del Patrimonio Cultural, así como por sucesivas resoluciones del Parlament de Cataluña». El Govern insiste en su rechazo porque «todo acuerdo sobre estas obras deberá partir necesariamente del reconocimiento de la legitimidad y la unidad de la colección».
En declaraciones a La Razón, Jorge F. Español, abogado de las diócesis de Barbastro-Monzón, aseguró que la nota «representa el acatamiento definitivo y “sobre el papel” a las sentencias vaticanas, por lo que la Santa Sede ha tenido que apercibir a Piris de que se estaba separando de la obediencia a la Santa Sede y sus resoluciones». Afirmó que hasta que no haya una solución, Aragón seguirá con su reclamación por vía judicial.