El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha asegurado que hay “tareas especialmente urgentes” para el presente y futuro en España en las que la Iglesia puede contribuir como “la construcción de una cultura abierta, la reconstrucción de la conciencia moral y una evangelización a la altura de los tiempos”.
En una conferencia esta tarde en el Ateneo Mercantil de Valencia sobre “La presencia de la Iglesia en la sociedad a la luz del magisterio de Benedicto XVI”, el prelado ha asegurado que su reflexión es un “pensar España desde la Iglesia”, tomando como base el magisterio del actual Papa.
Monseñor Carlos Osoro ha definido en su conferencia las “grandes tareas ante el futuro”, entre las que ha situado, como “especialmente urgentes”, en primer lugar, la construcción de “una cultura abierta que pone al hombre en su centro, que le descubre sus necesidades, que le ayuda a cumplir su responsabilidad y que le prepara para el servicio antes que para el dominio”.
Esa misma cultura es, además, la que “le hace descubrir al hombre que estamos constitutivamente abiertos a la Transcendencia, le obliga a ser solidario con su historia, le fundamenta en la verdad y le promueve a una cooperación eficaz y realista”.
En segundo lugar, se ha referido el arzobispo de Valencia a la relación entre la confesión católica y el “ser español” y ha recordado cómo hasta el siglo XIX se producía una “identificación de la sociedad con una fuente de sentido” en referencia a la religión. Ahora en el siglo XXI la Iglesia ha de contribuir con su labor a “reconstruir en España la conciencia moral”.
Finalmente, monseñor Osoro ha descrito se ha referido a la tarea de la Iglesia en la creación de una cultura abierta, y ha subrayado que su labor pasa por la creación de una “conciencia antropológica”, y, a través de ella, por la “impregnación cultural de la sociedad”, de tal manera que le permita “recuperar al Dios real”.
Sobre estas “tareas urgentes”, el prelado ha situado la “primacía” en la Iglesia de su acción evangelizadora y ha defendido la necesidad de que esa evangelización sea “a la altura de los tiempos”, predicando la “verdad específica y racionalidad universal”.