La izquierda, socialistas, nacionalistas y pro etarras volvieron a unirse en una nueva causa: hacer valer el principio de laicidad del Estado español. Claro está, una “laicidad” entendida como la abolición de todo símbolo o referencia religiosa en el espacio público.
 
Tanto Izquierda Unida de Navarra (IUN), como el Partido Socialista de Navarra (PSN), NaBai y Acción Nacionalista de Navarra (ANV) habían expresado sus críticas a la instalación de una escultura del Papa Juan Pablo II en un barrio de Pamplona.
 
IUN había señalado que la presencia de la obra artística sería una falta de respeto a la sensibilidad y creencias de aquellos que no comparten la fe católica. “Los espacios públicos han de ser siempre respetuosos con todas las personas y creencias que conviven en nuestra sociedad”, argumentaron sus representantes.
 
Por su parte, los de NaBai afirmaron que "no se debieran promover este tipo de reconocimientos singulares que pueden suscitar controversia ciudadana si no es con un aval mayoritario del Pleno".
 
Finalmente, desde PSN apuntaron que "deberíamos de aprender del pasado y dejar de colocar figuras políticas o religiosas en la ciudad, por las sensibilidades que se puedan herir ahora y en el futuro".

Sin embargo, las tesis del laicismo radical no pudieron con la sana interpretación del concepto de laicidad, y ayer al mediodía la estatua fue bendecida en la rotonda de Monjardín, en el barrio de Lezkairu.
 
Ante decenas de asistentes, entre ellos una delegación polaca, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, monseñor Francisco Pérez, bendijo el monumento de 3 metros de altura y casi una tonelada de peso, obra del escultor polaco Stanislaw Radawski, copia idéntica a una figura ubicada en la ciudad polaca de Torun.
 
Entre los miembros de la delegación invitada se encontraban el autor de la escultura, Stanislaw Radwanski; el obispo de Torun, Andrzej Suski; el rector de la Universidad de Nicolás Copérnico en Torun, Andrzej Radziminski; el vicealcalde de la ciudad polaca, Zbigniew Fiderewicz; y el cónsul honorífico de Lituania en Polonia Jerzy Bankowski.
 
Durante el acto, la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina (UPN), destacó la personalidad y la labor de Juan Pablo II como "incansable defensor de los valores universales".
 
La estatua fue financiada por el Arzobispado local que recolectó unos 20.000 euros entre sus feligreses.