«Exhortamos a que esta tregua sea definitiva e incondicional. Uniéndonos a nuestro pueblo, exigimos a ETA su disolución». Así de contundente ha sido el obispo de Bilbao, monseñor José Ignacio Munilla, días después de que la banda terrorista difundiera un vídeo en el que anuncia una vez más una tregua.
 
El prelado aprovechó la celebración de la solemnidad de nuestra Madre de Aránzazu, para expresar que «acogemos con prudencia el anuncio de tregua emitido por la organización terrorista ETA»  y señalar que «la creciente esperanza de nuestro pueblo por la paz es ya un proceso imparable, y no tienen sentido alguno las resistencias que lo impiden».
 
Durante su homilía, Munilla dijo que «la paz no puede ser “utilizada” como un medio, sino que ha de ser “buscada” como un fin. O dicho de otra forma, la paz no puede convertirse en un “instrumento” al servicio de nuestras “estrategias”. Tengamos en cuenta que la vida es un derecho inviolable de cada ser humano, que no depende del momento, ni de las ideologías, ni de estrategia alguna, sino de Dios, autor de la vida; en quien vivimos, nos movemos y existimos».
 
Al final de su mensaje, monseñor Munilla subrayó que «Sin duda alguna, la aportación más específica que la Iglesia hace a la causa de la paz es ésta: la llamada a la conversión del corazón de todos y cada uno de nosotros, la llamada a la humildad personal. Sólo si hay humildad pueden darse las restantes condiciones para la paz: arrepentimiento, reparación, paciencia, diálogo, tolerancia… e incluso, la propia justicia».