La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha defendido el uso del Castillo de San Fernando en Figueres (Girona) para el rezo de los musulmanes durante el mes del Ramadán. La ministra declaró que Defensa no había participado en la decisión, pero que le parecía correcto porque no se pueden negar derechos a unos ciudadanos por el mero hecho de tener una religión diferente.
 
El diputado del PP por Barcelona, Jorge Fernández Díaz, le preguntó a la ministra, durante la sesión de control al Gobierno, los motivos para poner a disposición de los musulmanes del municipio la antigua fortaleza militar dependiente del Ministerio de Defensa, para que organicen sus oraciones durante el Ramadán.
 
Chacón indicó que en 2003 se firmó un convenio para crear un consorcio, formado por las tres Administraciones (central, autonómica y local), encargado de gestionar el castillo. Además, argumentó que la cesión de instalaciones militares para actos religiosos de los musulmanes ya se produjo en el año 2000 en Melilla durante el mandato de José María Aznar.
 
La titular de Defensa puso además como ejemplo que también se ha cedido la base aérea de Cuatro Vientos para la visita del Papa, algo que se repetirá durante la próxima visita de Benedicto XVI.
 
Por su parte, Fernández Díaz criticó la medida porque no le parecían adecuadas esas instalaciones para el rezo del Ramadán y manifestó que el director del castillo es un militar y, por tanto, la decisión había tenido que partir necesariamente de Defensa.
 
La postura de la titula de Defensa a buen seguro caerá como un jarro de agua fría entre los vecinos de la localidad gerundense que se oponen firmemente a la cesión del espacio, especialmente por las molestias que, aseguran, genera la presencia masiva de musulmanes durante las noches para llevar a cabo el rezo.
 
Al morir el día, se reúnen en el castillo de San Fernando unas 200 personas para orar entre las diez y las doce de la noche. Muchos son las personas que precisan que los primeros coches llegan sobre las nueve y colapsan el aparcamiento de la zona. Los vecinos denuncian que el acceso se lleva a cabo "sin nigún tipo de control de seguridad" y que no se ha contratado vigilancia extraordinaria ante el aumento de visitantes que ha generado la cesión del equipamiento, informa Germán González.
 
Estos mismos vecinos señalan que la residencia militar del castillo está prácticamente llena de miembros de las fuerzas armadas y sus familiares y que ello debería implicar una mayor vigilancia.
 
Hasta el momento, el Consistorio, se ha limitado a tildar de "habitual" la cesión de estas salas, sin que se vaya a producir una restricción por motivos políticos o religiosos.