Evangelio según san Lucas (10, 38-42)
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.»
Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
El Señor te bendiga y te guarde.
+ El Señor te muestre su rostro y tenga misericordia de ti.
+ Vuelva el Señor su rostro hacia ti y te conceda la paz.
+ El Señor bendiga
(Bendición de San Francisco)