Evangelio según san Lucas 8,19-21
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermano, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.»
Señor Jesús, necesitamos entender bien esta actitud tuya ante tu Madre y tus parientes. Sin duda que te alegraría verles y te agradaría su interés por ti. Si a todos te dabas, cómo no ibas a hacerlo con ellos.
Entre otras enseñanzas nos dices que el mayor parentesco no es el de la sangre sino el de identificarnos contigo, en acoger y cumplir lo que al Padre le agrada. Así iremos a una contigo, cercanos y no alejados de ti.
A tí, humilde Madre nuestra, te damos gacias por tu disponibilidad en todo, para acoger a Jesús y, en esta ocasión, para renunciar a su presencia y compañia, cuando se fue a recorrer pueblos y ciudades.