Evangelio según san Mateo 9,1417
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»
Jesús, no solo no te cansas de nosotros sino que nos invitas a tu fiesta, a estar contigo, a tu amistad a escuchar tu Palabra, a participar de tu banquete de la Eucaristía, a formar parte de tu Pueblo y un día a tu Reino eterno.
Por eso el Papa Francisco nos está llamando a arrojarnos en tus manos, a dejarnos amar y perdonar de tu amor misericordioso, sin límites. Vivir en relación contigo es motivo de alegría, de encontrarle sentido a la rutina diaria, tu apoyo en los momentos difíciles que un día ú otro a todos se nos presentan.
¡Dános tu gracia para que nosotros no nos cansemos de buscarte, de levantar nuestras manos para que se encuentren con las tuyas.