Evangelio según san Mateo 5,1719
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.»
Señor Jesús, tú conoces nuestra facilidad para relativizar cosas importantes cuando no son de nuestro interés. Por eso nos dejas bien claro que tu misión -y será la de tus seguidores- no es la de saltarse a conveniencia las normas y leyes, sino la de perfeccionarlas por el amor, purificarlas para que no estén vacías, sino que den plenitud a quien las cumple.
Tu ley divina siempre nos orienta al amor. Si saltamos alguna norma rompemos la armonía y es posible que estemos faltando al amor fiel de Dios y al amor del prójimo.
Danos humildad, Señor, para aceptar y cumplir con amor desde el más pequeño al mayor precepto.