Evangelio según san Mateo 7, 712
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—Pedid, y Dios os atenderá; buscad y encontraréis; llamad y Dios os abrirá la puerta. Pues todo el que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, Dios le abrirá la puerta.
¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, le dará una serpiente?
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en los cielos se las dará también a quienes se las pidan!
Portaos en todo con los demás como queréis que los demás se porten con vosotros. ¡En esto consisten la ley de Moisés y las enseñanzas de los profetas!
Señor Jesús, con este consejo nos animas a acudir siempre a ti y a poner en acción nuestras posibilidades: para encontrar hemos de buscar; para que nos abran hemos de llamar. Y todo pidiéndotelo a ti.
Nos aseguras que nos darás no todo lo que te pidamos sino ¡cosas buenas! Con tu providencia y sabiduría siempre nos preparas lo mejor en cada momento.
Danos, Jesús, el deseo de tratar a los demás como nos tratas tú, del mejor modo que queremos para nosotros.