Evangelio según san Mateo 9, 1415

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le preguntaron:

—¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos tantas veces y, en cambio, tus discípulos no ayunan?

Jesús les contestó:

—¿Pueden acaso estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos?

Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán.



Te pedimos, Señor, que seas nuestra ayuda y defensa.

Libra a aquellos de entre nosotros que se hallan en tribu-
lación,
compadécete de los humildes,
levanta a los caídos,
socorre a los necesitados,
cura a los enfermos,
haz volver a los miembros de tu pueblo que se han desviado;
da alimento a los que padecen hambre,
libertad a nuestros cautivos,
fortaleza a los débiles, consuelo a los pusilánimes;
que todos los pueblos de la tierra sepan que tú eres Dios
y no hay otro, y que Jesucristo es tu siervo,
y que nosotros somos tu pueblo, el rebaño que tú guías. 

(San Clemente)