Evangelio según san Mateo  10,17-22

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

«No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.

Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán.

Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará.»


Señor, yo pongo mi confianza en Ti al igual que el mártir San Esteban,  porque estoy convencido  que: “la vida de los justos está en manos de Dios y no los tocará el tormento. La gente insensata pensaba que morían, que eran castigados, pero ellos están en paz. El día de la cuenta resplandecerán ellos como chispas que prende por un cañaveral” (Sb 3, 1). Ayúdame con tu amor. Así sea.