Evangelio según san Lucas 21, 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»
Señor Jesús, los santos vivieron según nos indicas, acudiendo a ti para obtener fuerza y permanecerte fieles ante las sorpresas de cada día.
Sabemos que tu Madre siempre está dispuesta a socorrernos en todo lo que necesitemos. Más bien, somos nosotros los que no acudimos a Ella.
Así se lo decía a Santa Catalina: "Esos rayos que no caen en la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden. Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden"
Señor Jesús, por intercesión de tu Madre, danos todo lo que necesitamos para ser como tú quieres que seamos.