Evangelio según san Lucas 21,1219

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía.

Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»


Señor Jesús, te agradezco estas sabias consignas que en ti se hicieron vida y si yo sigo tus pasos también he de vivirlas.
En mi camino apostólico no todo será fácil y tendré enemigos dentro y fuera de mi casa.
Con tu gracia especial, Jesús,  quiero hacer ese magnífico propósito que me indicas: no preparar nunca mi defensa, dejándotela a ti, mi Señor, mi abogado, mi defensor, mi fortaleza en las pruebas.  Creo que cuidas de mi en todo momento.