Evangelio según san Lucas 6, 43-49

En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos:

-«No hay árbol sano que dé fruto dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano.

Cada árbol se conoce por su fruto; porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque lo que rebosa del corazón, lo habla la boca.

¿Por qué me llamáis "Señor, Señor", y no hacéis lo que digo?

El que se acerca a mi, escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida.

El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra, sin cimiento; arremetió contra ella el río, y en seguida se derrumbó y quedó hecha una gran ruina.»



DULCE NOMBRE DE MARÍA

“No hay ayuda más poderosa en ningún nombre, ni hay ningún otro nombre dado a los hombres, después del de Jesús, desde el cual se brinde tanta salvación a los hombres como desde el nombre de María.”
“La invocación con devoción de este dulce y sagrado nombre conduce a la adquisición de gracias superabundantes en esta vida y un muy alto estado de gloria en la próxima.”
"No hay trastorno, por malo que sea, que no se someta inmediatamente al poder del nombre de María.”
"Tu nombre, oh Madre de Dios, está lleno de gracias y bendiciones divinas."
“Tu nombre, oh María, no puede pronunciarse sin traer alguna gracia a aquel que lo hace con devoción.”
“No hay pecador en la tierra, por más apartado que pueda estar del amor de Dios, del cual el demonio no esté inmediatamente obligado a huir, si se invoca su sagrado nombre con la determinación de arrepentirse.”
"Del mismo modo que los ángeles rebeldes huyen de los pecadores que invocan el nombre de María, los ángeles buenos se aproximan a las almas justas que pronuncian su nombre con devoción."
"En los peligros, en las perplejidades, en los casos dudosos, piensa en María, recurre a María, no dejes que abandone tus labios; no dejes que se aparte de tu corazón.”
San Juan de Ávila