Evangelio según san Mateo 9,1417

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»

Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos?
 
Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.

Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»

Señor Jesús, siendo tan bueno y útil el ayuno, para ti, que has ayunado muchos días, no es lo más importante en tu escala de valores. Es un medio para lograr otros bienes, pero tú eres el supremo bien, el único bien. Que todo lo que hagamos sea para agradarte a ti, Jesús, sin buscar otro fin.