Evangelio según san Juan 15, 917

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.»

Señor Jesús, gracias por el grado de amor que nos tienes, igual al del Padre contigo. Un amor infinito, sin límites. Demasiado para ser comprendido por quienes amamos tan poco.  Gracias, Jesús, por tanto amor, por tanta distinción con los que llamas amigos, que para ti son los que cumplen tu voluntad. Ayúdame a ser tus íntimos.

Santa María, madre de los amigos de Jesús, ruega por nosotros.