Se le conoce como Dave el Diácono. Su nombre es David Rezendes y, efectivamente, forma parte como diácono permanente de la parroquia católica de San Miguel en Livermore (California), una localidad de ochenta mil habitantes en el extrarradio de San Francisco. Tiene 81 años y su familia se instaló en la ciudad hace cuatro generaciones. No está casado y vive con su centenaria madre en una casa cuyo patio se convierte cada año, el llegar la Navidad, en un espectáculo de luces que atrae a todos los vecinos y a visitantes de otros lugares.

¡Hágase la luz!

Se inaugura la víspera del primer domingo de Adviento con una procesión de candelas y con la lectura de los primeros versículos del Génesis hasta llegar al "¡Hágase la luz!" (Gén 1, 3).

La casa de Dave el Diácono, este año, de nuevo convertida en un homenaje a la Navidad.

Su hogar se convierte entonces durante unas semanas en la Casa de la Paloma [House of the Dove o, en portugués, como también figura, Casa del Pomba], una alusión al Espíritu Santo. Tiene un árbol de más de sesenta metros en el exterior, y 44 árboles de Navidad en el interior.

Empezó en 1982 con dos mil luces -para celebrar que acababan de darle el destino parroquial en el que aún sigue- y este año ha llegado casi a un millón, lo que llamó la atención de la ABC, una cadena nacional de televisión que le dedicó un reportaje el pasado 5 de diciembre. Y algún piloto de líneas aéreas ha llamado la atención a los pasajeros de su avión, al acercarse al aeropuerto de San Francisco, para que miren hacia abajo al sobrevolar la zona.

Rezendes ha contado a Susan Young, en People, algunas curiosidades sobre esta iniciativa. Cuenta para ella con veinte trabajadores que le ayudan en el nuevo diseño de cada año, aunque él bromea confesando que se reserva el "veto papal": "El tema siempre consiste en una cierta historia que se te va contando al avanzar".

Bodas y milagros

Como han pasado más de cuarenta años, por la House of the Dove han pasado con sus hijos personas que acudieron de niños con sus padres. El recorrido incluye un puente, y Dave informó de que, con el correr de los lustros y la popularización del lugar, sobre él han tenido lugar 82 proposiciones matrimoniales.

La Casa de la Paloma ha acogido incluso un milagro. En la Navidad de 2023 acudió a verle una pareja joven con un niño en brazos. Le contaron que el año anterior habían llevado a ver las luces a su hijo, a quien habían diagnosticado un cáncer, y había sucedido "un milagro": "Con lágrimas en los ojos, la madre me dijo que al poco de volver de la Casa del Pomba tenían cita con el médico... y el tumor había desaparecido. Me quedé estupefacto al oír eso", reconoce.

El espectáculo de 2023. Pueden apreciarse las larguísimas colas para la espera.

También se dan otros milagros menos espectaculares, pero no menos conmovedores. En cierta ocasión, un niño le tiraba de la capa que Dave suele ponerse mientras anima a los visitantes. Él le sugirió que enviase una carta a Papá Noel en el buzón de correos que disponen allí al efecto. El pequeño le respondió que sus padres y él no tenían casa, así que 'Santa' no podría encontrarle para darle los regalos. El diácono se las arregló para localizar a los padres y movió los hilos para que 'Santa' sí pudiese tener un sitio donde entregar al pequeño sus obsequios.

El Servicio Secreto  de 'Santa'

El espectáculo de luces no tiene una finalidad puramente lúdica. Busca transmitir a los demás, creyentes o no, el entusiasmo por la Navidad que anima a Dave, y dice que lo consigue: muchas personas que van dicen no ser nada religiosas, pero sentir que hay 'algo' bajo esas luces.

Pero además, aunque la entrada es gratuita, se invita a los visitantes a hacer alguna donación, y con lo que se obtiene, que no es poco, se ayuda a hospitales y personas necesitadas a través de lo que llaman el "Servicio Secreto de Santa Claus", instalado en los locales parroquiales.