Robert Barron, obispo auxiliar de Los Angeles, y un grupo de franciscanos rezaron este sábado el rosario y cantaron ante los manifestantes que habían acudido a las inmediaciones de la comunidad de frailes de la misión de santa Ynez para pedir el derribo de la estatua de Serra: “Fue una respuesta adecuada. No creo que la Iglesia tenga que conformarse con darse la vuelta cuando quieran quitar estatuas de nuestros santos en nuestras propiedades”, informa el semanario de la diócesis de Madrid, Alfa y Omega
“Cuando vino la protesta después de la Misa, un grupo de frailes entre los que estaban muchos novicios, se quedó aquí: rezamos el rosario y cantamos mientras se desarrollaba la protesta”, explicó el prelado en un vídeo.
Esta fue la forma “no violenta” y “muy pacífica” en la que el obispo y los franciscanos defendieron “nuestra posición”. En este sentido, el obispo auxiliar aseguró que “no nos gusta la manera en la que Junípero Serra ha sido caracterizado”, pero insistió en que “no hay que responder al fuego con fuego”. Al final, todo terminó de forma pacífica y Barron y los frailes tuvieron “un buen día”.
Monseñor Barron y los franciscanos respondieron a los manifestantes rezando el Rosario y cantando
Defender la dignidad de los nativos
La figura de Serra lleva algunas semanas cuestionada por el movimiento Black Lives Matter, que incluso ha pedido el derribo de sus estatuas por considerarlo un esclavista. Nada más lejos de la realidad.
“Supo testimoniar en estas tierras la alegría del Evangelio. Supo vivir lo que es “la Iglesia en salida”, esta Iglesia que sabe salir e ir por los caminos, para compartir la ternura reconciliadora de Dios. Supo dejar su tierra, sus costumbres, se animó a abrir caminos, supo salir al encuentro de tantos aprendiendo a respetar sus costumbres y peculiaridades. Aprendió a gestar y a acompañar la vida de Dios en los rostros de los que iba encontrando haciéndolos sus hermanos”, dijo el Papa Francisco durante su canonización.
Y añadió: “Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado. Abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos”.