La Sociedad Tomás Moro, un bufete católico de abogados con sede en Chicago, ha presentado una apelación de emergencia para liberar a una activista provida que fue declarada culpable de violaciones a la ley federal.
Lauren Handy estuvo entre los cinco manifestantes provida declarados culpables de delitos contra la Ley federal de Libertad de Acceso a las Entradas a las Clínicas (FACE). Handy y sus compañeras habían entrado en una clínica de abortos en Washington DC, en 2020, como parte de una manifestación provida.
Cárcel y multa millonaria
Tras el veredicto de culpabilidad los activistas fueron enviados a prisión. La Tomás Moro dijo tras el veredicto que se había presentado una moción de emergencia, pero que el jueves por la tarde ésta había sido denegada y que se apelaría ante un tribunal superior.
"No hay evidencia de que Handy represente un peligro para la seguridad de ninguna persona ni de la comunidad", dijo la firma. Handy testificó durante el juicio que ella y sus compañeras habían organizado el bloqueo después de ver un vídeo en el que aparecían médicos negándose a cuidar a un bebé que había sobrevivido a un intento de aborto.
Handy y sus compañeras se enfrentan a penas de hasta 11 años de prisión y a una multa de hasta 350.000 dólares.
"Esto es un ultraje, y lo único que los acusados hicieron fue permanecer de forma no violenta. La verdadera violencia es la que ocurre durante un aborto", dijo Steve Crampton, abogado de The Thomas More Society.
Handy, activista de Virginia que forma parte de un grupo provida de izquierdas, había concertado una cita con un nombre falso, y cuando un empleado le abrió, otros activistas salieron corriendo de una escalera donde se escondían y entraron a la clínica, planeando ponerse cadenas y candados para evitar que entraran más personas con citas.
"Mientras me enfrento a los injustos cargos, mi único deseo es atravesar todo con la gracia de Dios. No me arrepiento de haber defendido a los niños inocentes no nacidos. Es un privilegio ser considerada digna de compartir estos problemas, que no pueden acercarse a lo que mi Salvador sufrió por mí", dijo en su día Heather Idoni, otra de las acusadas.
El grupo declaró que su intención era bloquear a las mujeres que querían abortar. Se sentaron y se quedaron en un pasillo frente a la entrada de la clínica, cantaron canciones y leyeron versos de la Biblia. Muchos fueron acusados de allanamiento de morada por negarse a abandonar el lugar después de varias horas.