En el Estado de Minnesota (EEUU), donde el 20% de la población es católica (aproximadamente 1,1 millones de fieles), el Estado ha decretado que, como precaución contra el coronavirus, los centros comerciales y mercados pueden llenarse hasta el 50% de su capacidad, pero que en los espacios de culto no pueden estar más de 10 personas a la vez, incluso en sus enormes catedrales.
La norma es poco razonable, dicen los obispos de sus 6 diócesis, quienes explican que han intentado hablar con el Gobernador Walz y su administración, y han pedido un calendario de medidas de desescalada o la posibilidad de matizar las normas aplicables a iglesias. Como las autoridades civiles no han respondido nada concreto, los obispos, de manera insólita en todo Occidente, han anunciado que van a realizar celebraciones con hasta un tercio de aforo, como se hace en muchos otros países y regiones.
Lo insólito no es celebrar con un tercio de aforo: lo insólito es que los obispos anuncien públicamente que ignorarán la norma del Estado.
Con la pandemia, en todo el mundo se han dado restricciones oficiales al culto, y en todo el mundo ha habido diócesis y parroquias que las han aplicado "a su manera", de formas "creativas", sin dar mucha publicidad a sus aplicaciones locales y peculiares. En muchos lugares los obispos y conferencias episcopales han negociado -con más o menos éxito- las condiciones de confinamiento con las autoridades civiles.
Lo que no se había visto era que 6 diócesis unidas anuncien que ignorarán la norma de las autoridades civiles y que aplicarán su propia norma por considerarla "más razonable".
Un comunicado conjunto de las 6 diócesis de Minnesota
“Una orden que abarca de manera tan amplia que prohíbe, por ejemplo, una reunión de 11 personas en una catedral con una capacidad de varios miles de personas desafía la razón”, dijeron los obispos de las seis diócesis de Minnesota en un comunicado el 20 de mayo.
“Por lo tanto, hemos optado por avanzar en ausencia de un cronograma específico establecido por el Gobernador Walz y su administración. No podemos permitir una suspensión indefinida de la celebración pública de la Misa. Podemos reanudar con seguridad las Misas públicas de acuerdo con nuestros deberes religiosos y con los estándares aceptados de salud pública y seguridad”, agregaron los obispos.
Con esa carta, los obispos de Minnesota autorizan a las parroquias que lo vean adecuado a celebrar con hasta un tercio de aforo a partir del 26 de mayo, y aplicando medidas de saneamiento, distancia social y uso de geles desinfectantes. Los fieles católicos seguirán dispensados de la obligación de acudir al culto dominical.
Lo que denuncian los obispos
“Ahora está permitido que un número no especificado de personas vaya a los centros comerciales y entre en las tiendas, siempre que no se alcance más del 50% de la capacidad de ocupación. Las grandes tiendas tienen cientos de personas dentro al mismo tiempo, y la cantidad de productos que muchas personas manejan y distribuyen en una tienda (personal de almacén, clientes, cajeros) es asombrosa. Los trabajadores están presentes durante muchas horas por día, a menudo muy cerca. No existe un mandato estatal de que los clientes usen máscaras en esos centros comerciales o tiendas, se laven las manos constantemente o sigan un protocolo de limpieza específico”, escribieron los obispos.
“En estas circunstancias, y dados los protocolos bien investigados que hemos propuesto (y que se siguen con éxito en otras partes de nuestra nación), ¿cómo puede la razón exigirnos que mantengamos a nuestros fieles lejos de la Eucaristía?”, cuestionaron.
“Hemos intentado entablar un diálogo con la Administración. Hemos enviado dos veces cartas al Gobernador pidiendo un diálogo, el último sábado. Aunque los funcionarios de salud y seguridad pública han escuchado nuestras inquietudes y han creado oportunidades para comentarios y conversaciones, no hemos recibido una línea de tiempo y una hoja de ruta concretas para reanudar el culto público que incluya una guía razonable sobre el tamaño de la congregación”, escribieron los obispos.
Los obispos recuerdan que el Papa, al ampliarse el confinamiento en Italia, “advirtió que las medidas excesivamente drásticas que limitan la vida de la Iglesia tendrán un impacto desproporcionado en ‘los pequeños’ y en aquellos que no tienen a nadie en quien confiar”.
“Al trabajar juntos, podemos proporcionar la vida sacramental esencial de nuestros fieles, cumplir con nuestro deber de adorar a Dios y hacerlo de una manera que también proteja el bien común de nuestro estado”, concluyeron los obispos de Minnesota.
Los obispos firmantes son:
- Bernard A. Hebda, arzobispo de Saint Paul and Minneapolis
- Michael J. Hoeppner, obispo de Crookston
- Donald J. Kettler, obispo deSt. Cloud
- John M. LeVoir, obispo de New Ulm
- John M. Quinn, obispo de Winona-Rochester
- Andrew H. Cozzens, obispo auxiliar de Saint Paul and Minneapolis
- James Bissonette, administrador diocesano de Duluth