La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre la ley del latido de Texas era esperada en todo el mundo, y especialmente por la industria abortista, que exigía que se echase abajo esta normativa provida, diseñada de manera original para aguantar los envites del lobby abortista.
Finalmente, este viernes la instancia judicial más alta de EEUU ha permitido que la ley siga en vigor aunque la batalla legal no ha hecho más que comenzar, ya que sí permite que la industria abortista intente acabar con esta ley en tribunales inferiores.
La Senate Bill 8 de Texas, aprobada en mayo y firmada por el gobernador republicano Greg Abbott en septiembre, prohíbe los abortos si se detecta el latido del corazón del feto y ha espantado a las empresas abortistas. Los 11 abortorios de la patronal Planned Parenthood en dejaron de aceptar visitas para abortos de más de seis semanas, según una noticia del martes de NBC News, y las 4 clínicas abortistas de la patronal Whole Woman's Health han anunciado que cumplirán la ley y no realizarán abortos "si se detecta actividad cardíaca".
Una normativa provida bien diseñada
La forma en la que está diseñada ha provocado pavor entre la industria abortista, lo que ha provocado que hasta Joe Biden haya pedido acabar con esta normativa. ¿Qué la hace tan especial?
- obliga antes del aborto a realizar una ecografía en busca del latido del feto
- si se realiza un aborto a un feto cuyo corazón ya late, cualquier ciudadano puede denunciar a los implicados (médicos, asistentes, etc...) por la vía civil (no a la embarazada)
- la denuncia la puede presentar cualquier persona, no hace falta ni que sea de Texas... y la asociación provida Texas Right to Life ya se postula para recoger denuncias contra quienes hagan abortos sin prueba de latido o sabiendo que el corazón ya late.
- si la demanda tiene éxito y se condena a los culpables, los demandantes pueden ser recompensados con un mínimo de 10.000 dólares (más costes judiciales, etc...), por lo que sale a cuenta demandar, especialmente a través de una asociación especializada.
Tal y como recoge la agencia EFE, este viernes el Tribunal Supremo no entró a valorar si la legislación de Texas contradice la sentencia Roe vs Wade de 1973 con la que se legalizó el aborto en todo el país.
La decisión se limita a decir que las clínicas pueden continuar con sus desafíos legales en cortes inferiores y, por tanto, intentar que un juez bloquee la legislación texana. Si eso sucede, lo más probable es que el estado de Texas interponga un recurso y el caso acabe en una corte de apelaciones, desde donde volverá al Tribunal Supremo.