Anthony Fauci, Francis Collins y Robert Redfield son tres de los mayores expertos en la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos. Unos desde primera línea de batalla y otros desde la retaguardia preparando una vacuna para acabar con un virus que ya ha provocado la muerte de 100.000 estadounidenses.
Los tres coinciden en ser respetados científicos con trayectorias de éxito, pero también por su fe. Son cristianos, dos de ellos católicos, y para ninguno hay problema alguno en compaginar ciencia y fe.
Sin conflicto entre ciencia y fe
Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos es uno de los principales asesores de la Casa Blanca en esta crisis y cara ya conocida en las ruedas de prensa. Este físico e inmúnologo se confiesa católico de formación jesuítica.
Por su parte, Francis Collins, recientemente reconocido con el Premio Templeton, es uno de los grandes genetistas de nuestro tiempo, y responsable del grupo que descifró el genoma humano. Este cristiano que ha mostrado con libros y con una fundación la relación entre ciencia y fe es el director de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU y en estos momentos trabaja sin descanso para encontrar una vacuna.
Redfield, católico y hasta ministro extrardinario de la Eucaristía
El tercero de los hombres fuertes que se trata aquí en la lucha contra el coronavirus es Robert Redfield, conocido virólogo y director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU. Casado y padre de seis hijos es católico practicante e incluso habitual ministro extraordinario de la Eucaristía en su parroquia.
Para estos expertos que ocupan cargos de gran responsabilidad la fe y la ciencia no van por caminos distintos sino que trabajan juntos y así lo han demostrado en sus carreras. Por ejemplo, Redfield asegura que su fe católica y su trabajo en el ámbito sanitario se refuerzan mutuamente.
“Uno de las mejores cosas de la fe es que puedes acercarte a la vida con un sentido de esperanza, no importa cuáles sean los desafíos con los que estés lidiando, hay un camino a seguir”, afirma Redfield a Associated Press.
El director de los CDC asegura que durante las grandes crisis a las que se ha enfrentado en su vida, ya fuera el gran terremoto de Haití en 2010 o la propia muerte de su hijo su fe lo ayudó a orientarlo para que surgiera un “bien mayor” de la tragedia. Fe y ciencia nunca han entrado en conflicto para él, recalca.
Tal y como informa Crux, durante las primeras semanas de la pandemia, el virólogo de 68 años no estuvo tan presente en las sesiones informativas televisadas de la Casa Blanca como Fauci, su compañero católico. "Pero la modestia de Redfield es en sí misma una faceta de cómo se desarrolla su fe en su personalidad pública", como lo expresó su viejo amigo William Blattner.
Redfield ve a las personas de fe “no como más santas que nadie: somos quienes somos", dijo Blattner, cofundador del Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland junto a Redfield y un tercer investigador destacado sobre el SIDA, Robert Gallo.
Contrario al aborto
“No lo ves saltando hacia el micrófono. Lo ves hablando como se le exige”, explicó Blattner sobre su amigo. Además, señaló que la fe ayuda a Redfield a "filtrar el ruido y la distracción" del impulso para contener el virus, y le brinda a "él y a nosotros la capacidad de ver con mayor claridad".
Mientras que Fauci y Collins ya ostentaban sus cargos, Redfield fue nombrado por Trump para dirigir Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU en 2018. Su nombramiento no estuvo exento de polémica puesto que aunque su trabajo le avala se opone firmemente al aborto y es partidario de la abstención frente a las medidas anticonceptivas. Cabe destacar que donde más ha destacado este científico fue en la lucha contra el Sida.
Monseñor Richard Woy, rector de la Catedral de María Nuestra Reina de Baltimore, donde hasta 2018 ha vivido Redfield afirma que el director de los CDC y su familia “han sido feligreses activos aquí durante décadas".
“El doctor Redfield no es tímido sobre su fe católica. Y creo que no compromete de ninguna manera su trabajo como científico”, dijo Woy a Catholic Review. Mientras que ahora la familia pasa la mayor parte de su tiempo en Atlanta, donde se encuentran los CDC, Woy dijo que los Redfields regresaban a Baltimore los fines de semana y asistían a misa en la catedral hasta febrero, sirviendo como ministro extraordinarios de la Sagrada Comunión.
Este el perfil católico de Anthony Fauci y también puede leer aquí cómo compagina ciencia y fe Francis Collins.