Al igual que está ocurriendo en otras diócesis de EEUU se está produciendo un boom vocacional importante tras décadas en las que el desplome fue tremendo. Muchos de estos lugares que están viendo un renacer destacan por ser los católicos una minoría, pero también por cuidar la fidelidad evangélica, lo que ha provocado frutos evidentes en el presente.
La Diócesis de Fort Wayne, en el Estado de Indiana, tiene una población de más de 1,2 millones de personas pero los católicos apenas llegan al 13%, es decir, unos 160.000. Así, de las 191 diócesis estadounidenses, aparece en el puesto 97 en el número de católicos y en el 120 en porcentaje de católicos.
En este curso, en el seminario de Fort Wayne ha habido 33 seminaristas. Una cifra bastante alta para una diócesis con apenas 160.000 católicos, que en número de habitantes se asemeja a las de Palencia, Zamora, Urgel o Ávila, y cuyo número de seminaristas es infinitamente menor a la de EEUU.
Pero este hecho está relacionado con otro suceso importante para la diócesis, el repunte también de la vida religiosa femenina y de la adoración al Santísimo. Durante los últimos años jóvenes de la Diócesis se han unido a las hermanas franciscanas de la Adoración Perpetua, y en las próximas semanas, aseguró el obispo Kevin Rhoades, cuatro jóvenes realizarán los votos perpetuos, la más grande también en 43 años.
“Hay mucha alegría y acción de gracias en toda nuestra diócesis”, afirmó orgulloso el prelado, que destacó también la ayuda imprescindible que estas religiosas están dando a los seminaristas y a las vocaciones a través de la adoración.
Casualidad o no, la ciudad de Fort Wayne ha aparecido además en un estudio realizado por dos universidades de California como la segunda ciudad de Estados Unidos más grande libre de abortos. Ni en la ciudad ni a cien millas alrededor hay ya ningún centro abortista. Es una ciudad provida. Tan sólo es superada en este ránking por otra ciudad con un nombre muy llamativo en este caso: la texana Corpus Christi.
Los cinco diáconos, justo antes de ser ordenados sacerdotes, junto al padre Budzinski, director de vocaciones de la Diócesis
Para explicar este número de vocaciones en un lugar como Fort Wayne, el sacerdote Andrew Budzinski, director de vocaciones de la diócesis, da algunas claves. Porque no siempre fue así. De hecho, recuerda cómo cuando él ingresó en el seminario el número de aspirantes era mucho menor.
En News Sentinel, este sacerdote afirma que estos cinco jóvenes recién ordenados representan el renovado interés en la vida religiosa que están experimentando muchos jóvenes católicos en Estados Unidos.
Budzinski asegura que este éxito no ha sido repentina ni cosa de un día sino que empezó hace unos 15 años, y el número de seminaristas se ha mantenido por encima de los 30 durante los últimos años.
Según su experiencia como director de vocaciones, habla de cuatro factores para este aumento de la llamada a la vida religiosa:
1. Muchos, aunque no todos, han llegado de parroquias donde el sacerdote ha estado en la parroquia durante mucho tiempo. Cuando un joven crece con el mismo sacerdote, el sacerdote puede tener un mayor impacto como modelo y mentor.
2. “Vienen de familias que practican su fe, van a misa juntos, rezan juntos”, asegura este religioso.
3. Muchos han estado involucrados en grupos de jóvenes de la Iglesia Católica, donde reciben apoyo de otros jóvenes sobre una posible llamada a la vida religiosa. Estos grupos destacan, afirma el sacerdote, porque sus miembros son jóvenes que quieren conocer a Jesús y hacer su voluntad.
4. Las actitudes de muchos católicos, sobre todo estos jóvenes, sobre las vocaciones religiosas han cambiado, y ya no consideran “raro” ser sacerdote. Esto se debe principalmente a que conocen a estos sacerdotes, generalmente jóvenes, que les ayudan a derribar los prejuicios que en la sociedad occidental hay en muchas ocasiones contra los curas.
Aunque el padre Budzinski no lo nombró en los cuatro puntos anteriores, hay un aspecto también clave para las vocaciones, y que en esta última ordenación sacerdotal en Fort Wayne ha sido decisiva. La importancia de una escuela católica volcada en la evangelización.
Precisamente, cuatro de los cinco nuevos sacerdotes eran compañeros del mismo instituto, el Bishop Dwenger High School. Este centro católico tiene una pastoral muy potente e incluso un ministerio centrado en las vocaciones.
Resulta impresionante como a través de la página web, el Instituto pide rezar por los exalumnos que ahora son sacerdotes o seminaristas. En lo que va de siglo XXI, se han ordenado nueve sacerdotes diocesanos y uno religioso. También hay dos monjas. Y en este momento 10 exalumnos son seminaristas.
También existe mucho trabajo detrás para conseguir que los jóvenes se sientan atraídos por la vida religiosa. Aquí entra también la formación y especialización de los propios sacerdotes. El obispo de Fort Wayne ha iniciado un programa de tutoría para trabajar con los nuevos sacerdotes durante sus primeros cinco años desde la ordenación.
Estos nuevos sacerdotes se reúnen con compañeros suyos tres o cuatro veces año para recibir entrenamiento y formación. Además, se reúnen otras tantas veces con un sacerdote mentor y una vez al mes con un consejero espiritual.