Ahora la de Washington tiene un atractivo añadido para los católicos provida: el cardinal Donald Wuerl, de Washington, y el obispo de la diócesis vecina de Arlington, Michael Burbidge, anuncian que los que acudan a los eventos de la Marcha por la Vida en estas diócesis ganarán indulgencia plenaria si acuden también a las "celebraciones sagradas", se confiesan y comulgan.
Junto a la Marcha por la Vida, a la que acuden personas de distintas religiones y también sin religión, los católicos suelen celebrar en esa fecha en Washignton y alrededores grandes encuentros de oración con decenas de miles de jóvenes, que incluyen misa, alabanza, adoración y posibilidad de confesarse. Es una gran cita espiritual anual que atrae a mucha gente, en la que la caminata con pancartas y nieve es solo un factor más.
Ahora, por primera vez, los obispos anfitriones, con la autoridad del Penitenciario Mayor, difunden la posibilidad de lucrar (obtener) indulgencia plenaria (que ayuda a las almas del Purgatorio a pasar de ese estado al Cielo) para aquellos que comulguen, se confiesen y recen por las intenciones del Papa en esas jornadas.
Los obispos lo anuncian con una nota. "En virtud de la autoridad otorgada por nuestro Santo Padre el Papa Francisco al Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Iglesia Católica, una indulgencia plenaria pueden obtenerla bajo las condiciones habituales -confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Supremo Pontífice- los fieles cristianos con verdadera disposición penitente y empujados por la caridad, que pueden aplicar a las almas de los fieles del Purgatorio, por sufragio, si toman parte en las celebraciones sagradas, junto con la gran asamblea de gente, a lo largo del evento anual llamado Marcha por la Vida, que tendrá lugar el 18 y 19 de enero de 2018 enla diócesis de Arlington y la arquidiócesis de Washington".
La nota pide a los sacerdotes que acudan al evento que faciliten las confesiones. El obispo Burbidge y el cardenal Wuerl señalan los beneficios de esta posibilidad, como sugerencia para otros obispos.
Siendo Estados Unidos un país enorme -y con comunicaciones difíciles por la nieve en enero- hay otras diócesis que organizan sus propias Marchas por la Vida, mucho más pequeñas, lejos de Washington, siendo la de San Francisco la segunda más popular. Los obispos de esas ciudades podrían lograr también esta posibilidad.
En Estados Unidos los obispos católicos, ortodoxos y líderes protestantes acuden a las Marchas por la Vida, tanto a la de Washington como a la de San Francisco (a la que suelen acudir entre 7 y 12 obispos católicos y algunos ortodoxos).
En Washington, el arzobispo anfitrión, el cardenal Wuerl, organiza siempre una macro-misa juvenil con 40.000 jóvenes católicos en el estadio Verizon, con chicos que llegan acompañados de sus obispos locales y cientos de sacerdotes. Allí les felicita, les anima, les exhorta… y los manda a las calles. Los jóvenes y las familias cristianas marchan con sus pastores o enviados por ellos y se sienten protagonistas apoyados por su Iglesia.
En Estados Unidos, los manifestantes llegan uno o dos días antes de la Marcha y se van uno o dos días después. Aprovechan para celebrar seminarios tácticos, encuentros con políticos pro-vida, retiros para líderes jóvenes, mil actividades distintas. Encuentros como "Rock for Life" (que no sólo incluye música pro-vida para jóvenes, sino talleres de formación y momentos de oración) o "Bloggers for Life" (en los que se reúnen blogueros para compartir contactos y técnicas útiles en Internet) crean auténticas sinergias humanas. Los católicos organizan misas o oraciones por los bebés fallecidos y los evangélicos encuentros de alabanza e intercesión.
Esto contrasta con las grandes manifestaciones que se realizaban en España por la vida, en las que la gente llegaba a Madrid justo a tiempo para la manifestación en coche, tren o autobús, y después, cansada del "madrugón", volvía a su ciudad a 400 km. Todo el esfuerzo organizativo se centraba en la manifestación: no había actos previos de formación, talleres, encuentros previos para formar a los jóvenes, ni líderes, ni pastores ni blogueros… Y los actos espirituales y de formación con obispos y jóvenes eran inexistentes. (Más comparaciones aquí).
La Marcha por la Vida de Washinton 2017, desde arriba y a cámara rápida
Encuentro católico juvenil de oración, seguido de misa, en el Estadio Verizon, previo a la Marcha por la Vida
Misa de clausura tras la Marcha por la Vida de Washington en 2017