En Phoenix, Arizona, con el liderazgo de la oficina de apoyo hispano, explica Jaime Septién, en Aleteia, se está llevando a cabo una colecta singular: regalos nuevos para niños y niñas entre las edades de 217 años que se encuentra detenidos en diversos centros de reclusión en Arizona por ser “ilegales”.
 

La colecta, que terminará el 5 de enero próximo, tiene como intención “que esta Navidad, más que compartir un regalo por el cual nos angustiamos, sea el anunciar y compartir el mejor regalo: el nacimiento de Jesús”.
 
Se trata, dijo a The Catholic Sun –el periódico oficial de la diócesis de Phoenix—Carmen Portela, directora de la Oficina de Apoyo al Liderazgo Parroquial Hispano, de regalar esperanza a los niños que están alejados de sus padres y familiares en esta Navidad, y que se encuentran en algunos centros de detención en el estado de Arizona.
 
Para llevar algo de cariño a estos niños detenidos por considerarse “ilegales” en territorio estadounidense, Portela y su equipo de trabajo (quienes realizan la colecta por cuarto año consecutivo) buscan la donación de juguetes, ropa nueva de temporada y dulces, para niños y adolescentes de 2 a 17 años.
 

Los lugares donde se están recibiendo las donaciones, además del Centro Pastoral Diocesano y las Parroquias de Santa Ana en Gilbert y San Vicente de Paul en Phoenix. Lo recolectado se entregará en las próximas semanas, en cuatro centros de detención del estado, que han sido previamente seleccionados. Además, en esos lugares, se estarán realizando las tradicionales posadas y compartiendo los mensajes del Evangelio.
 
“Toda persona debería sentirse acogida y amada, especialmente en la época navideña, en particular los niños”, dijo Portela. “Queremos demostrarles un poco de cuánto Dios los ama a través de un día de alegría, amor y esperanza”, agregó la encargada de liderazgo pastoral hispano en Phoenix.
 
Yanet Cortés, una de las voluntarias que desde el Centro Pastoral Diocesano, viene coordinando la recolección de las donaciones, recuerda, con mucha nostalgia, cómo por cerca de dos años, los fines de semana, visitaba los centros de detención, realizando estudios bíblicos, catecismo y actividades de manualidades. Experiencia que cambió su vida al ver las “caritas felices de los niños” por sentir que había “alguien que se preocupara por ellos”.
 
Cortés, destacó un hecho que tiene muy presente, fue cuando un día se le acercó un niño y le dio una carta con los ojos llorosos, donde le decía “que iba a rezar por ella”. Vio en el niño “el rostro de Cristo”, acentuando su fe activa con Dios.
 

En su Informe Mundial 2017, Human Rights Watch señala que el gobierno de Estados Unidos continúa deteniendo a niños y niñas migrantes que llegan desde América Central acompañados de sus madres, muchos de los cuales aspiran a obtener asilo.
 
“Si bien algunas reformas moderadas anunciadas en 2015 redujeron la cantidad de familias detenidas, Estados Unidos aún detiene a algunas familias por períodos prolongados”.
 
Human Rights Watch ha documentado las “graves secuelas psicológicas que provoca la detención por tiempo indefinido de madres e hijos que solicitan asilo y los obstáculos que esto supone para el debido proceso”.
 
Pero, por lo menos, esta Navidad y Reyes los menores tendrán un atisbo de esperanza, la esperanza cristiana que viene del corazón de la Misericordia de Dios, a través de manos voluntarias y deseosas de servir al más necesitado en Phoenix.