El domingo Devin Patrick Kelley tomó dos pistolas y un fusil de asalto Rueger AR15, subió al coche vestido con un uniforme negro de combate, puso gasolina en una gasolinera, llegó a la iglesita baptista de Sutherland Springs, pueblito de medio millar de habitantes, salió del coche con la cara cubierta por una máscara con el dibujo de una calavera y empezó a disparar desde fuera con su potentísima arma. Rodeó la iglesia disparando a través de ventanas y paredes. Y luego entró y siguió disparando. Mató a 26 personas e hirió a otras 20. 

Allí murieron: la abuela de la pareja de Devin, una embarazada de ocho meses y sus tres hijos, la hija de 14 años del pastor de la iglesia, un jubilado que se dedicaba a ir por cárceles a leerle la Biblia a los presos y ocho miembros de una misma familia.

Entonces un vecino, Stephen Willeford, de 55 años e instructor de tiro, disparó a Kelley con un rifle y lo hirió en un costado y la pierna. Kelley tiró el fusil de asalto y fue al coche, disparó aún desde dentro contra Willeford, sin alcanzarle, y lo usó para fugarse.


 El joven Langendorff, buen conductor, y el instructor de tiro Willeford (a la derecha), persiguieron al asesino 


Stephen Willeford y otro vecino, el joven de 27 años, Johnnie Langendorff, que conducía su propio vehículo, le persiguieron durante 15 minutos a 150 kilómetros por hora. El coche del asesino se salió de la carretera. La policía lo encontró muerto con dos heridas de balas: una era suya, se había suicidado. 

En una entrevista en TV Willeford, el tirador que hirió y  persiguió al criminal, que vivía en la casa frente  a la iglesia,  declara: "No soy un héroe. Creo que el Señor, mi Dios, me protegió y me dio las habilidades para hacer lo que tenía que hacer".

La policía ha declarado que no hubo "motivación política ni religiosa" detrás del ataque de Kelley. Parece significar que el atacante no pertenecía a un grupo yihadista. Pero pasados casi dos días tras el ataque, fuentes de la CNN han confirmado que efectivamente Kelley era muy activo en Facebook insultando a los cristianos y la religión y proponiendo y alabando el ateísmo. 


Los investigadores policiales han señalado que Kelley había amenazado a su suegra, que tenía problemas financieros y familiares, traumas como detonantes. Vivía a 60 km y había sido despedido del Ejército en 2012 por violencia doméstica. 

Pero Kelley no fue a matar a su suegra a su casa ni al parque ni al centro comercial, sino a una iglesia. A ella y todos los de dentro, hasta que él mismo recibió un disparo. Las víctimas no se interponían por mala suerte: él dió una vuelta completa alrededor de la iglesia disparando sin cesar contra el edificio y sus ocupantes. 

A las pocas horas del tiroteo, la página de Facebook de Kelley quedaba fuera de acceso, pero los habitantes de la zona "confirmaron su existencia y contenidos a la CNN". 


Christopher Leo Longoria, que había ido al instituto con Kelley, explicó que el ex-militar había puesto en Facebook muchos mensajes sobre "creencias de no-Dios, ateísmo, mucha violencia de pistolas y muchas armas en las que estaba metido". Hace un mes que Longoria desconectó a Kelley de su Facebook, porque también lanzaba ataques personales contra amigos. 
 
El diario inglés Daily Mail fue el primero que publicó los testimonios de los contactos de Facebook del asesino. 

Patrick Boyce, otro compañero de instituto que estaba en Facebook con él, declaró: "Era el primer ateo que yo conocí" 

Nina Rose Nava, que fue a la escuela con él, escribió en Facebook: "Siempre estaba hablando de que la gente que cree en Dios somos estúpidos e intentaba predicar su ateísmo".

Michael Goff, otro contacto de Facebook, añade: "Era raro, pero nunca tan malditamente raro, siempre colocaba [en Facebook] su m*erd* atea, como Nina escribió, pero también ponía las fotos de él y su bebé... un loco".

Lea aquí las condolencias y mensajes de apoyo a las víctimas y sus familias del Papa y las autoridades católicas de EEUU

 Velada de oración espontánea la noche tras el crimen, frente a la iglesia baptista de Sutherland Springs