Sayfullo Saipov, de 29 años, natural de Uzbekistán, llegado a Estados Unidos en 2010, residente legal y conductor profesional de Uber, alguiló una furgoneta y se lanzó este martes por la tarde, cuando en Estados Unidos muchos celebran Halloween, contra un carril bici de la orilla oeste de Manhattan, en la ciudad de Nueva York. 

Recorrió 20 manzanas, mató a varios ciclistas (incluyendo 5 turistas argentinos que pedaleaban en grupo) y después estrelló su furgoneta contra un bus escolar. Después bajó de su vehículo, gritó «Allahu Akbar» (Alá es grande, en árabe) y empezó a correr por la calle West, la principal arteria de tráfico en esta parte de Manhattan, con una pistola en cada mano, que luego se descubrió que eran falsas. 

La Policía entonces le disparó y lo dejó gravemente herido en el abdomen. Atendido en el hospital que la Policía no ha querido revelar, parece que sobrevivirá a los disparos (cosa poco frecuente en este tipo de atentados). 


Su acción ha causado la muerte de 8 personas: cinco eran turistas argentinos, otros dos eran niños. Además, ha dejado 12 heridos de gravedad. 



El FBI y la Policía de Nueva York lo consideran un ataque yihadista, el más grave en EEUU desde el 11-S de 2001 que destruyó las Torres Gemelas. 

El alcalde la ciudad, Bill de Blasio, compareció en rueda de prensa poco después del ataque y dijo que fue cometido con la intención de «romper nuestro espíritu». El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, que aseguró que todo apuntaba a que el atentado era «obra de un lobo solitario»

El ataque sorprendió a Nueva York en plena celebración de Halloween, con las calles repletas de niños que salen del colegio y recorren la ciudad en busca de dulces. Las autoridades aseguraron que el tradicional desfile de Halloween, muy cerca del atentado, no se cancelaba.


Entre los ocho muertos confirmados, cinco eran ciclistas que pertenecían a un grupo de diez amigos de la ciudad argentina de Rosario, hombres de 47 y 48 años que decidieron viajar juntos a Estados Unidos para celebrar los 30 años de su graduación en el secundario. Las víctimas mortales son: Hernán Diego Mendoza, Diego Enrique Angelini, Alejandro Damián Pagnucco, Ariel Erlij y Hernán Ferruchi.



Hay además un sexto argentino, Martín Ludovico Marro, internado en el Presbiterian Hospital de Manhattan, pero fuera de peligro.

El presidente argentino Mauricio Macri se manifestó “profundamente conmovido” por el ataque y envió las condolencias a las familias. “Nos ponemos a disposición de los familiares de las víctimas argentinas. Volvemos a hacer un llamado de paz para que estos horrores terminen”. “Acompaño de corazón en este momento de profundo e inexplicable dolor a familiares y amigos de nuestros compatriotas fallecidos en Nueva York”, dijo, en tanto, el canciller Jorge Faurie.


Kobijon Matkarov, de 37 años, aseguró a «The New York Post», que Saipov vivía en Nueva Jersey y trabajaba como conductor de Uber. Matkarov, que vive en Ohio, explicó que ambos se conocieron hace cinco años y que Saipov era «muy buen chico, muy amigable».

Un vecino de Paterson, Hilmi Hammad, dijo a «NJ.com» que había visto desde hace meses a Saipov en la localidad, con su mujer y dos hijos, y que conducía un Toyota Sienna con matrícula de Florida.



Según la cadena CNN el autor del ataque dejó una nota en el vehículo en la que juraba lealtad al Estado Islámico (ISIS), aunque la organización terrorista no ha reivindicado el atentado y las autoridades estadounidenses no han dado cuenta de conexión alguna entre el ISIS y Saipov.

Su residencia oficial está en Tampa, en la costa oeste de Florida. Una mujer que conoció a Saipov, Dilnozta Abdusamatova, de 24 años, aseguró a «The Washington Post» que el sospechoso se alojó con su familia en Cincinatti (Ohio) durante dos semanas, nada más poner pie en territorio estadounidense. Sus padres eran amigos y esa fue la razón por la que Saipov tuvo un lugar donde alojarse durante un tiempo. Después se mudó a Florida para empezar una compañía de camiones, dijo Abdusamatova. Según su relato, Saipov se casó poco después de llegar a EE.UU. y tiene dos hijos. «Dejó de hablarnos cuando se casó», explicó.


Si los registros policiales son correctos, Saipov se movió fuera de Florida, quizá como parte de su trabajo. En 2015 le pusieron una multa por no mostrar pruebas del mantenimiento de los frenos de su vehículo en el condado de St. Charles, cerca de la ciudad de Kansas, en el estado de Misuri. Después le llegó una orden judicial por no comparecer ante el juez, en octubre del año pasado. Por ello tuvo que poner una fianza de 200 dólares. 

Los registros de Pensilvania muestran que la Policía le paró en dos ocasiones: una en Palmyra, en 2012, y otra en Mount Holly Springs, en 2015. 

En una fotografía tomada por la policía del condado de St. Charles (Estado de Misuri), Sayfullo Saipov aparece con el cabello corto, barba larga y gesto tranquilo.

Uzbekistán, país de origen de Saipov, es una exrepública soviética de Asia Central. Su Estado no es confesional y cuenta con 33 millones de habitantes de mayoría musulmana.