De la medida quedaban excluidas, en virtud de la libertad de creencia, organizaciones directamente religiosas, pero no escuelas u hospitales, que de esta forma veían ante sí la sombra de un posible cierre por fidelidad a su ideario, o bien ante la imposibilidad de hacer frente a las cuantiosas sanciones.
Contra esa resolución se plantearon durante años numerosos litigios, con numerosas derrotas del gobierno de Barack Obama ante los tribunales. En particular, el Tribunal Supremo amparó la libertad religiosa de la cadena comercial Hobby Lobby y de las Hermanitas de los Pobres (el caso más sonado de persecución), a las que dio la razón en mayo de 2016.
Con todo, la sentencia no resolvía del todo el problema al no entrar en el fondo del asunto, pues seguía vinculando el suministro de los servicios (aunque no lo ofreciesen directamente las entidades religiosas) a la formalización del seguro mismo.
En mayo de este año, Donald Trump anunció el final del mandato y felicitó públicamente a las Hermanitas de los Pobres por su lucha.
Este viernes finalmente la promesa se cumplió, con un decreto que multiplica las exenciones al mandato en base a la objeción de conciencia.
"El presidente Trump prometió que su administración sería líder con el ejemplo en libertad religiosa, y está cumpliendo esa promesa" dijo el fiscal general, Jeff Sessions, al anunciar la medida.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, católico, señaló la noticia como "un día señalado para la libertad religiosa. Las protecciones de conciencia introducidas asegurarán que las personas y las organizaciones podrán vivir libremente sus convicciones religiosas y creencias morales".