El 20 de enero de 2023 un grupo de seis jóvenes estudiantes católicos fueron expulsados del famoso Museo Smithsonian de Washington (en concreto, del Museo Nacional del Aire y el Espacio). Les expulsaron porque todos iban vestidos con gorras de lana azul con las palabras "Rosario provida" y se negaron a quitárselas.
Eran estudiantes de la escuela católica Nuestra Señora del Rosario de Greenville, Carolina del Sur y habían llegado a Washington, con decenas de miles de personas de todo el país, para participar en la Marcha por la Vida, desafiando frío y viento como cada invierno. Llevaban el mismo gorro para reconocerse en la multitud.
El Smithsonian paga compensación y ofrece disculpas
Tras ser expulsados, los estudiantes y sus familias llevaron al Smithsonian a los tribunales y pasado un año de proceso legal y negociaciones (y mala imagen) el museo anunció recientemente que acepta pagar 50.000 dólares a los demandantes en honorarios de abogados, gastos, costas e intereses. El acuerdo de conciliación se presentó ante un tribunal federal.
Más aún, además de la compensación económica, los jóvenes y sus familias podrán recorrer el museo en privado con los guías del Smithsonian y recibirán una disculpa en vídeo de trabajadores del museo,
El representante legal de los estudiantes católicos ha sido el Centro Americano para el Derecho y la Justicia (American Center for Law & Justice, ACLJ, una entidad cristiana de defensa legal).
Ya en febrero de 2023 su equipo de abogados protestó porque "el personal del museo se burló de los estudiantes y les dijo groserías". Para los abogados, el museo debería ser ideológicamente neutral y no podía expresarse así. Dieron el detalle de que "el empleado que finalmente obligó a los estudiantes a abandonar el museo se frotaba las manos con satisfacción a medida que salían del edificio".
Libertad de expresión, y precedentes legales
Los estudiantes presentaron una demanda federal, denunciando al Smithsonian de violar sus derechos bajo la Primera y Quinta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos y la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa.
Los gorros azules provida de la escuela católica del Rosario en Greenville que tanto molestaron a los guardias del museo.
El ACLJ recordó que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos sentenció en 2002 que "el gobierno no puede suprimir o excluir el discurso de particulares por la única razón de que el discurso sea religioso". Los senadores republicanos Ted Cruz, Lindsey Graham y Tim Scott se hicieron eco del asunto. "Como miembros del Congreso, no conocemos ninguna ley, regla o regulación que prohíba a los miembros del público usar sombreros provida dentro de los edificios de oficinas del Smithsonian", expresaron los senadores en una carta dirigida a los responsables, recordando que cada año el Smithsonian recibe más de mil millones de dólares del contribuyente.
En febrero de 2024 un portavoz del Smithsonian declaró al Christian Post que, efectivamente, se actuó mal: "Pedir a los visitantes que se quitaran los sombreros y la ropa no está en consonancia con nuestra política o protocolos", admitió.
La Institución Smithsonian, que supervisa el Museo del Aire y el Espacio y otros museos en Washington, firmó un acuerdo obligándose a recordar "a todos los oficiales de seguridad estacionados en todos los museos Smithsonian" que la norma de la institución es permitir a los visitantes "usar sombreros u otro tipo de ropa con mensajes, incluidos discursos religiosos y políticos".
Tras una negociación, "los demandados confirman que los funcionarios del Smithsonian han identificado y hablado con todos y cada uno de los funcionarios de la Oficina de Servicios de Protección que se sabe que estuvieron involucrados o participaron en los eventos alegados, así como con Allied Universal Security Services con respecto a la situación de sus oficiales".
Pero el Smithsonian no es la única entidad que ha asumido la libertad de los visitantes de entrar con mensajes escritos en su indumentaria. En diciembre, la Administración Nacional de Archivos y Registros de EEUU adoptó o declaró la misma libertad después de que unos guardias amonestaran a visitantes con prendas provida en los Archivos Nacionales (donde se guardan copias originales de la Constitución de EEUU). Un rápido proceso legal confirmó la libertad de los visitantes para vestir así en el museo.