Los obispos de El Paso (Texas) y Las Cruces (Nuevo México) se pronunciaron en contra de posibles redadas que, afirman, separarían a familias centroamericanas.
"Me uno a las voces que cuestionan la sabiduría del plan de la administración (del presidente Obama) para deportar a madres y niños que huyen de la violencia en Centroamérica", dijo Oscar Cantú, obispo de la diócesis católica de Las Cruces (dioceseoflascruces.org).
"Me preocupa que los inmigrantes se verán obligados a regresar a situaciones de peligro después de haber sacrificado tanto en busca de asilo dentro de nuestras fronteras".
El obispo Mark Seitz de la diócesis de El Paso (www.elpasodiocese.org) expresó las mismas preocupaciones. "Le pido a todos los estadounidenses hacer un esfuerzo por conocer las historias personales de aquellos que se presentan en nuestras fronteras, que se familaricen con las situaciones de las que vienen huyendo", dijo Seitz.
El Instituto Fronterizo Esperanza (hopeborderinstitute.org), de El Paso, Las Cruces y Ciudad Juárez, dijo que los centroamericanos que se encuentran más vulnerables de ser expulsados son los que recientemente han cruzado la frontera debido a situaciones extremas de violencia, así como la inestabilidad política y económica.
Los centroamericanos han emigrado de los países del llamado Triángulo del Norte: Honduras, Guatemala y El Salvador.
“Funcionarios de la administración han dejado claro que estas expulsiones son parte de una ‘estrategia de disuasión’, destinada a enviar un mensaje a aquellos que tratan de escapar de la crisis humanitaria en sus países de origen de que no vale la pena hacer el viaje a Estados Unidos”, dijo la organización en un comunicado.
Esta entidad católica indicó que la dignidad humana de los inmigrantes es sagrada y su vida no se debe colocar en peligro en nombre de "disuasión", devolviéndolos a situaciones potencialmente mortales de la violencia.
“El fantasma de la separación de las familias y la repatriación forzada a ambientes letales en Centroamérica está en agudo contraste con el trabajo de la comunidad católica en la frontera entre Estados Unidos y México para recibir a los migrantes con la misericordia y la compasión”, dijo.
Unos 15 activistas de la región se manifestaron el lunes frente al Consulado General de México en El Paso y dirigieron una carta al presidente mexicano Enrique Peña Nieto sobre el maltrato que han recibido los centroamericanos en su paso por territorio mexicano.
Durante la década en curso se han registrado cientos de agresiones violentas: robo a mano armada, secuestros, extorsiones, abusos físicos, sexuales y homicidios calificados, en contra de las personas que vienen huyendo de la situación de violencia y pobreza que hay en sus países de origen, dijeron.
Los activistas han denunciado que en los abusos a los centroamericanos se encuentran involucradas las corporaciones de seguridad pública estatal y federal, de México.
Selfa Chew, profesora en el Departamento de Historia de la Universidad de Texas en El Paso, y coordinadora de la manifestación, afirmó que los actos violentos han llegado a los defensores de los derechos humanos. “Estamos preocupados por la situación. Dos personas que son bastante reconocidas por su liderazgo han recibido amenazas de muerte”, dijo.
Mencionó que en las semanas recientes se denunciaron dos amenazas con armas de fuego en contra de defensores de derechos de las personas migrantes: en El Albergue para Migrantes “Hermanos en el Camino”, en Oaxaca, y en la Estancia del Migrante González y Martínez, en Querétaro.
El 23 de mayo fueron agredidos el defensor de los derechos humanos Alberto Donis y Leyssa Palomino, una voluntaria del Albergue para migrantes Hermanos en el Camino, dirigido por el padre Alejandro Solalinde, agregó la activista.